¿Odio Disney? Odio es una palabra
muy fuerte. Más bien diría que aborrezco Disney y la razón por la cual la aborrezco
es porque se ha apropiado de mi ocio y lo está usando para manipularme y
manipular a la población mundial, usando a los consumidores de sus productos
como participes involuntarios en una batalla, por el control de la cultura
mundial, que ni les va ni les viene.
Sí, sí. Como suena. Batalla
cultural mundial. Vean este documental de media hora, en YouTube, y la cosa les
va a quedar meridianamente clara.
De las guerras políticas, hemos
pasado a las guerras económicas y, ahora mismo, de las guerras económicas hemos
pasado a la batalla por la cultura. ¿Y de que va todo este rollo? Pues, si les
digo la verdad, ni puta idea. Ni me va, ni me viene. Repito. Me da igual la
razón por la cual está batallando esta gente y me da igual que ideología política
estén intentando imponer. La cosa es que yo considero que no va conmigo y odio
que intenten reclutarme a la fuerza para luchar en una batalla que me importa
un bledo. Yo al cine voy a divertirme, yo leo comics para entretenerme, yo
juego a videojuegos para evadirme un rato de los agobios del día a día. Nada
más. El ocio es ocio y punto. Pero lo que no voy a tolerar es que usen mi ocio
para adoctrinarme o para sermonearme y mucho menos para hacerme participe de
una batalla cultural a la que me tratan de alistar a la fuerza. ¿Quieren que me
posicione por huevos? Pues el tiro les va a salir por la culta, porque si algo
han logrado es precisamente que me posicione en el bando contrario. Lo dicho:
¡ODIO DISNEY!
Porque vamos a ver... ¿Qué sentido
tiene que Disney esté promoviendo una ideología antisistema? Por lo que a mí
respecta, ahora mismo, lo antisistema es equivalente a ideologías anticapitalistas.
¡Y Disney es una empresa capitalista! ¿Qué sentido tiene que Disney se
autodestruya a si misma atacando las creencias y costumbres de los consumidores
de sus productos? No tiene el más mínimo puto sentido, a menos que llegues a la
conclusión de que aquí hay algo más que no nos cuentan...
pero no tengo ni el tiempo ni las ganas para
ponerme ahora mismo en plan especulativo o conspiranoico. Que sean otros los
que investiguen que les pasa en realidad a los directivos de Disney por su puta
cabeza, que yo paso del tema...
Una cosa sí que tengo clara. Soy
dueño de mi ocio. Soy dueño de mi dinero. Yo decido en que me gasto mi dinero,
que para eso es mío y me cuesta ganarlo. Y es por esto que he decidido que no voy
a gastarme ni un euro más en los productos de una empresa que intenta
sermonearme, adoctrinarme o ideologizarme para ganar una absurda batalla
cultural que tienen perdida de antemano. Y creo que no soy el único que piensa
de esta manera. La realidad es tozuda y Disney se va a pegar un morrazo
catastrófico. Fracasos en taquilla, bajas ventas, caída del valor de las
acciones, rumores de quiebra...
¿Qué no? Tiempo al tiempo.
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