sábado, junio 22, 2013

Akibarangers.

La última encarnación de los Power Rangers son toda una celebración del otakismo. Aunque llamarlos “los nuevos Power Rangers” no sería correcto, pues lo que aquí conocemos como Power Rangers realmente es una occidentalización de series japonesas conocidas conjuntamente como Super Sentai. Y encima esta última encarnación no es oficial. Los Akibaranger son la versión parodia para otakus de este género tan particular de las televisiones niponas. Y es todo un cachondeo. Me he reído muchísimo y eso que tan solo he visto un episodio.


Akibaranger la protagoniza un friki, Nobuo Akagi, tan obsesionado con las series Sentai, que incluso durante su trabajo se pone a imitar las poses y dejes de su serie favorita. Un auténtico loser dispuesto a gastarse todo el sueldo del mes en juguetes coleccionables, con la mente en las nubes, cuya pasión por los Super Sentai solamente se puede ver colapsada por sus otras pasiones otakus (el tipo es fan de un personaje anime llamado Aoi Tan Moe Moe Z-Cune), y con semejante trasfondo resulta inevitable que acabe siendo reclutado para formar parte del nuevo grupo de Super Sentai. ¡Él ahora es Akiba RED! Le acompañan en esta aventura Akiba Blue y Akiba Yelllow. Akiba Blue es una colegiala nipona practicante de artes marciales y Akiba Yellow es una otaku aficionada al cosplay, que se pasea por las calles de Akiba disfrazada de nekomimi y que siempre está repitiendo la muletilla nyan nyan. ¡Y ahora tienen que luchar contra el mal!

En serio, me he descojonado de la risa con esta serie. Sobre todo con los chistes autorreferenciales. Esta serie es puro metafrikismo, o metaotakismo si lo prefieren (palabro que me acabo de inventar). Los Akibarangers, por ejemplo, para transformarse usan una figurita de colección, de un personaje anime, que se transforma en pistola. Aunque el cachondeo máximo radique en el hecho de que las series Sentai y Power Rangers en el mundo de esta serie existan, a la vez, tanto en la ficción como en su realidad. Me ha dado un ataque de risa floja en el momento en que los Akibaranger se dedican a poner posturitas e intentan coreografiar los movimientos característicos de los Rangers, y tanto Red como Yellow los imitan a la perfección porque son otakus, pero Blue no se entera de nada porque nunca se ha visto las series. ¿Y qué decir de los diálogos? Impagables. Me encanta este especialmente:

BLUE – Parece que este es el fin.

RED – No. Aún no. Siempre que el enemigo es derrotado vuelve en forma de gigante.

BLUE – ¡No jodas! ¡¿Por qué?!

Aunque tengo que reconocer que la verdadera razón por la cual he comenzado a verme esta serie fansubeada es unicamente por esta imagen.

Me la encontré rebuscando tonterías en internet acerca de los Power Rangers. Y la imagen tiene su guasa. El Ranger Verde y el Ranger Rojo aparentemente convertidos en acosadores sexuales de villanas sexys.

La villana se llama Malseena o Malshina (depende de la traducción) y me tiene todo loco. Resulta que el gran mal que tienen que derrotar los Akibarangers se llama, nada más y nada menos, que LA GRAN CORPORACION MALIGNA. Y Malshina es su relaciones públicas. ¡Por supuesto! ¿Con ese traje quién podría pensar otra cosa? O trabaja de relaciones públicas para una gran corporación maligna, o bien trabaja como dominatrix dándole zurras en el culo a pervertidos fetichistas, con obsesión por el pelo lila. Fijo. La verdad es que si no fuera por Malshina esta serie no sería lo mismo…

¡Cómo nos conocen!
Y un último apunte. La gran corporación maligna usa como carne de cañón a sus empleados más sacrificables. ¿Recuerdan a los masillas de los Power Rangers? Pues en esta serie el equivalente de los masillas son el conserje, el botones o la señora de la limpieza, llevando unas mascaras anodinas que ocultan sus facciones, convertidos así en masa proletaria alienada. ¡Toma ya! No, sí encima esta serie, en época de crisis y recortes, tendrá crítica social y todo…


No quiero ni imaginarme la cara que pondrían los de la SABAN al ver el episodio en el que le meten caña por la forma en que convirtieron a los Super Sentai en los Power Rangers. Solo por eso esta serie ya merece la pena.

Actualizado: Me acabo de ver el episodio 2 y la serie es todavía más genial de lo que me pensaba. Resulta que las batallas de los Akibarangers no son reales (son todas ilusorias) por lo que toda esta serie podrían ser perfectamente delirios, surgidos de la mente de los frikis protagonistas, que fantasean con ser héroes de acción...

jueves, junio 20, 2013

Carta abierta a la Mafia Gafotaku.

Sí, sí. Mafia Gafotaku. Mafias que sois unos mafias. Vosotros sabéis de sobra quienes sois.

Desestimados señores de la Mafia Gafotaku:

¿Es que no escarmentáis? ¿No habéis aprendido la lección con las malas ventas de los mangas gafapastosos de Ponent Mon y Astiberri? ¿Es que no vais a parar hasta hundir para siempre en el olvido a la editorial EDT? ¿Qué no es suficiente que todavía queréis hundir más el manga en España?

Durante años el manga parecía ser el único bote salvavidas contra la Tormenta Perfecta, aquella tan terrible que asomaba en el horizonte (¡El mundillo se acaba! ¡El mundillo se acaba!). Todo Cristo se animaba a publicar manga en nuestro país porque el manga se vendía muy bien. ¿Y qué tenemos ahora? Pequeñas editoriales que dejan de publicar manga para siempre, desengañados de la experiencia, y grandes editoriales que dejan colecciones tiradas en el Limbo de las series descatalogadas por las pésimas ventas. Y en vez de rectificar, vosotros venga erre que erre. Venga a pedir series que se ve de sobras que se van a pegar el gran castañazo por falta de lectores. Peñazos, que sois unos peñazos. ¡Y lo peor es que las editoriales os hacen caso y publican lo que pedís! ¿Pero qué os pasa? ¿Es que no vais a parar hasta que también quiebren Norma y Planeta? ¿Es eso? ¿Os quedareis contentos cuando el manga sea algo anticuado y vintage, solo disponible en mercadillos, de forma que el resto de gafopastos ya os ajunten en el club de admiradores de Najwa Nimri?

Kurosagi, Homunculus, Detroit Metal City, Aula a la Deriva…

A la deriva sí que os dejaba yo a todos vosotros, pero en una patera en el estrecho y con todo el material de Jiro Taniguchi publicado hasta la fecha como único alimento…

P.D: Sé que esta carta es muy irrespetuosa, pero es que ahora mismo estoy de calentón, por la mala hostia que se me ha puesto después de releerme I am a Hero, intentando autoengañarme para que me guste. Seguro que si me lo pensase en frio no escribiría nada de esto. Pero no. ¡Es que ya no me da la real gana seguir frio ni templado! Ya es hora de decir las cosas claras. Y si no lo suelto exploto. Hoy tengo ganas de ciscarme en Baudelaire y sus flores. Gafotakus, las ventas os llevan la contraria.

Mafias, que sois todos unos mafias.

miércoles, junio 19, 2013

Roleplaying 80 style.

Como eran las partidas en nuestra imaginación…


Como eran en realidad…



¡La nostalgia! ¡Qué mala y qué perra!

La foto del grupito de roleros de los 80 está sacada del blog 2 Warps to Neptune, de su sección portraits. Visítenlo todos aquellos que quieran verse inundados por una oleada de nostalgia ochentera.

sábado, junio 15, 2013

Arcades para ciclaos.


Hoy no tengo ganas de escribir nada de nada. Hoy toca un top 7, repleto de bárbaros musculosos arreando tajos a diestro y siniestro, con grandes espadones y hachas a dos manos...

7. Magic Sword.

6. Black Tiger.

5. Hypodrome.

4. Mutant Fighter.

3. Rastan Saga.

2. Golden Axe.

1. Altered Beast.

No existe ninguna razón concreta para que este ranking esté ordenado así. El Altered Beast lo pongo el primero más que nada porque Viruete lo considera el árcade para flipaos por excelencia.

Bonus Track: Viru, para flipao, flipao el árcade de Mutant Fighter con sus superthrows.


YOU ARE A BUG TO ME!

¡Jo! Que ganas repentinas de MAME.

viernes, junio 14, 2013

Como venderle un manga a un otaku.

“Un joven inexperto se ve atrapado en una insidiosa relación perniciosa con una maquiavélica compañera de instituto que odia a los hombres. Manga inspirado en la insigne obra Las Flores del Mal, del gran literato maldito y bohemio Baudelaire, gran poeta decadente francés, famoso por ser el traductor de las obras de Edgard Allan Poe y bla, bla, bla, rollo, rollo, rollo, muérete de sueño.”

MAL. No quiero esta serie ni regalada.

“Un joven pajillero se convierte en el esclavo sexual involuntario de una joven adolescente de mente perversa, dando rienda suelta a todas sus fantasías prohibidas sadomasoquistas. Sexo, violencia y mal rollo a raudales.”

BIEN. Póngame diez de estas. Es publicidad engañosa, pero me da igual. Póngame diez de estas. Las quiero para YA.

jueves, junio 13, 2013

I am a Hero es muy irritante.

Me he pillado este manga porque todo el mundo en internet lo ponía por las nubes. Zombis a la japonesa, con un dibujo espectacular y acción casi cinematográfica… o eso decían.

¿Y qué es lo que me he encontrado realmente?

Un protagonista irritante. Muy irritante. Enervante. Exasperante. Desesperante. Mortificante. Un tipo que es un completo agonías carente de autoestima. A su lado Woody Allen me parece el alma de la fiesta. El protagonista de I am Hero es un neuras que le tiene miedo a la vida. Un frustrado y un cargante. Un tipo que se asusta de sus propios ronquidos. Y justamente este tipo se convierte en protagonista de un survival horror. ¡Madre mía! Te pasas toda la lectura del manga deseando que los zombis se lo coman de una puta vez. ¡Y tan solo llevamos dos tomos! ¿Cómo voy a soportar a un protagonista tan aprensivo y deprimente durante otros 8 tomos más? Lo más enervante de todo es que el tipo tarda un tomo entero en darse cuenta de que lleva todo el día cargando con una escopeta a la espalda. En serio. No se puede ser más memo. Imaginadlo. Te persiguen los zombis y tú vas por el mundo con la escopeta guardada en su funda, con miedo a sacarla por si te ponen una multa por llevar armas en la vía pública. Increíble. Gilipollesco es poco. Si esto fuera una comedia chorras lo entendería, pero se supone que esto es un seinen. ¿Verdad? ¡Menuda tomadura de pelo!


Y encima el puto bailecito. Y la canción de los chochetes. ¡ARGH! ¡ODIO Y BILIS!

Me la pienso seguir coleccionando, con el único propósito de disfrutar del momento cuando finalmente se lo coman los zombis al puto penurias este. ¡En serio! Creo que es la primera vez en toda mi vida que en una historia de zombis estoy a favor del zombi. ¡Coméoslo ya copón!

¿Y saben que es lo más jodido de todo? Lo más jodido de todo es que en algunos aspectos me veo identificado con el pelma este y sus penalidades. ¡ARGH!

miércoles, junio 12, 2013

Puñeteros traumas adolescentes. Odio a la Literatura.


He destapado la caja de Pandora de los recuerdos. He destapado la caja de los truenos de las memorias. Y ahora no se puede cerrar. Una vez comienzas a recordar la etapa más traumática y decepcionante de tu vida, resulta imposible proseguir con tus rutinas diarias sin verte asaltado por docenas de recuerdos lamentables. El bachillerato me reafirmó en lo friki que soy, pero también me transformó en un marginado social en otros aspectos. El bachillerato me lisió emocionalmente, pero también intelectualmente. Por culpa del Bachillerato detesto la lectura y odio a la literatura. Y para un friki este aborrecimiento resulta incapacitante. ¿Cómo puede alguien llamarse friki sin haberse deleitado en los paisajes de la Tierra Media descritos por Tolkien en El Señor de los Anillos? ¿Cómo puede alguien llamarse friki sin haber saboreado el agua de vida junto a Paul Atreides y tragado polvo en las dunas de Arrakis? ¿Cómo puede alguien llamarse friki sin haber acompañado al bárbaro cimerio en sus sangrientas aventuras escritas? Ender, Atreyu, Rincewind, Harry Potter… todos ellos esperando entre las páginas de un libro. ¡Y yo aborrezco la lectura! ¿De quién es la culpa? La culpa es toda de mi profesor de literatura del BUP y de sus odiosas enseñanzas.

Mi profesor de literatura del Instituto. ¡Qué monstruo del Averno! No recuerdo su nombre, ni quiero recordarlo. Pero sí que recuerdo perfectamente sus sádicas enseñanzas y su forma de inocular un odio venenoso contra la lectura. Y es que no hay mejor forma de odiar los libros que convertir cualquier lectura en penitencia, suplicio y trabajos forzados. Este sujeto no tuvo mejor y feliz ocurrencia que obligarnos en un solo curso a leernos forzosamente las dos partes del Quijote de Cervantes. Y el tipo luego no se contentaba con ponernos un examen trimestral relacionado con tales lecturas, no… el tipo se empeñaba en que hiciésemos resúmenes. Resúmenes de cada capítulo. Y no un resumen a la semana. No. ¡Resúmenes diarios! Todos los días te tenías que leer por narices un capítulo del Quijote, y luego tenías que redactar, a marchas forzadas, el consiguiente resumen para entregarlo sin falta al día siguiente. ¡Menudo castigo! ¡Menudo suplicio! ¡Menudo tostón! El Quijote tienes que leértelo con calma, con paciencia, con gusto y deleitación. Y mejor leértelo cuando tus afinidades lectoras ya hayan sido refinadas por años de otras lecturas. Pero lo peor que puedes hacerle a alguien es convertir su experiencia de la lectura del Quijote en un rally desaforado y sin frenos. Que te obliguen a meterte la prosa del manco de Lepanto a machamartillo, para luego vomitarla en una página en blanco, sin haber logrado digerirla primero, es la mejor forma de convertir a un posible lector en un odiador crónico de la palabra escrita. ¡Por culpa de Cervantes odio la literatura! Aunque en realidad sería mucho más justo decir que odio a Cervantes y a la literatura por culpa de un profesor de literatura incompetente, ruin y sádico…

Gracias al cielo mis aficiones frikis me salvaron de ser un iletrado impenitente. Para poder jugar al rol hace falta leerte un buen montón de manuales. Y leer comics y manga no es que sea de mucha ayuda para enfrentarte a una novela de 500 páginas, pero al menos te mantiene mínimamente conectado con la palabra escrita. Sin los juegos de rol, los comics y los manga, ahora estaría desconectado irremisiblemente de la lectura y sería otro más de esos bobos que andan por la calle con las narices pegadas a una pantalla táctil, escribiendo textos como si todo en la vida se pudiese relatar con un simple SMS.

Con mucho esfuerzo he logrado regresar al gusto del tacto de los libros. Y sobre todo gracias a Harry Potter. Sin haberme tragado los ladrillacos de la Rowling, supongo que jamás me habría propuesto en serio acometer el tochazo que suponen los tres volúmenes del Señor de los Anillos reunidos en un solo libro. Y una vez que empiezas, no paras… Terry Prattchet y Clive Barker son dos de mis autores favoritos. Y ahora parece que le estoy cogiendo el gusto a las astracanadas de Christopher Moore. Leer debería ser siempre un placer. No una tortura medieval. Y desde luego que no debería ser un coñazo insufrible.

Por cierto, que me gustaría ahora mismo poder tener acceso, de algún modo, a mis resúmenes del Quijote de aquellos años. Más que nada para comprobar que atroces tropelías cometí contra la obra del escritor manchego. Pensad que al final mis resúmenes llegaron a tal grado de síntesis, que era capaz de ventilarme un capítulo entero del Quijote y reducirlo a un mísero párrafo. ¡El Quijote mutilado! ¡El Quijote vilipendiado, mancillado y humillado! ¡El Quijote lefado! Y puesto que no era el único, ya que toda la clase estaba obligada al suplicio de resumir cada capítulo, podríamos hablar de un auténtico bukkake intelectual perpetrado contra el caballero de la triste figura. Incluso creo que al final estaba ya tan harto y tan hastiado que era capaz de ventilarme capítulos enteros con una sola frase. Algo del tipo: “Y al final el viejo loco se muere”.

Menos mal que el Quijote de Avellaneda lo consideraba apócrifo el maldito plasta del profesor, pues no hubiese resistido más de aquella tortura. Y mi tirria a la lectura sí que se hubiese vuelto crónica e insalvable, obligándome a leer un libraco que ni los literatos defienden.

Vamos, que al final sí que soy lector. Pero lector de lecturas frikis. No me pongas delante un libro de Gabriel García Márquez, que se me pone instintivamente cara de desprecio infinito, como en el meme. Es una reacción puramente pavloviana por culpa de aquel trauma de instituto insalvable. Me gusta leer a pesar de mis traumas del instituto, pero odio la literatura, por plasta y por pedante. Por eso he decidido titular mi escrito de hoy “Odio a la Literatura” en vez de “Odio a la Lectura”. Y soy plenamente consciente de las carencias que esto provoca. Un mal lector es invariablemente un mal escritor. Mis escritos están plagados de coloquialismos, anglicismos, frases hechas, lugares comunes y adverbios terminados en –mente. Y esto es algo que me da mucha rabia. Pero total… luego pienso: “pero sí esto es para un blog friki que no se lee nadie”. Y me quedo a gusto. Más a gusto que un arbusto.

Y si esto realmente lo leyese la gente no escribiría nada de nada. No pasaría siquiera de la fase de borrador… pero sé de buena tinta que la gente solamente llega hasta mi blog rebotado de una carambola tras buscar frikadas en Google imágenes. Lo sé porque puedo verlo en las estadísticas de blogger. A la generación de ahora hasta leer blogs les causa pereza.

¿Por qué estoy escribiendo esto entonces si nadie va a leerlo? Pues supongo que para exorcizar demonios internos. A lo mejor después de escribir esto soy capaz de tocar el lomo de un libro de Cervantes sin sufrir sarpullidos y urticarias…

Aunque no creo. Cervantes es un coñazo. Lo siento. Y en el Quijote no salen robots gigantes luchando contra monstruos submarinos.

martes, junio 11, 2013

Puñeteros traumas adolescentes. Continuación.

La adolescencia es tierra de nadie. Ya no eres un niño, pero tampoco eres un adulto. En esa etapa de la vida el cuerpo sufre todo tipo de cambios físicos, psicológicos y afectivos que resultan extenuantes para el púber que daba muchas cosas de su vida infante por sentadas. Todas las certezas se desdibujan. Y si nada es cierto, entonces todo es discutible y surge la rebeldía adolescente. La contestación contra el statu quo. Y es labor de los educadores y formadores reconducir esa rebeldía para obtener de un protoadulto a todo un ciudadano de provecho. Y es justo en esa etapa de la vida tan crítica, tan transcendental para la formación del individuo, que a esta sociedad tan individualista no se le ocurre mejor ocurrencia que cogerlos a todos y amontonarlos como si fueran ganado. Y encima en territorio hostil. En el instituto. El odioso instituto.

Insisto en que no hay etapa más crítica, ni más traumática.

Puede que su red neuronal ya se haya reconfigurado y amoldado a su futura realidad adulta. Pero los adolescentes no son adultos, ni de lejos. Carecen de la experiencia y de los conocimientos de lo que significa ser adulto. Desconocen las responsabilidades asociadas a tal adultez. Todavía son completamente irresponsables como los infantes, pero en el instituto se les exige una responsabilidad que se les da por supuesta. Los profesores se enfadan con ellos exigiéndoles un comportamiento que todavía les es ajeno. ¿Cómo se supone que deben comportarse? Si esta sociedad fuera lógica, se obligaría a los aspirantes de adultos a convivir con otros adultos para que aprendieran los comportamientos socialmente aceptables, pues el adolescente aprende por imitación. Pero en vez de eso, se coge a los adolescentes y se les encierra en un aula, como si estuvieran en la cárcel, junto con otros 70 mandriles, para que se comporten como babuinos. Y con un único adulto al mando de todo aquel pifostio, que queda totalmente desbordado ante tanto ímpetu adolescente y tanta hormona desatada. ¿El profesor? El profesor es el enemigo a batir, no el modelo a imitar. Y si el profesor no es capaz de imponer un orden civilizado en esa jungla, entonces es cuando surge espontáneamente el orden incivilizado. Los 70 mandriles se agrupan automáticamente en tribus, clanes, grupos, pandillas… y toda pandilla tiene un jefe. El jefe del clan. El cabecilla. Los mandriles y babuinos guiados por sus instintos primates se agrupan en torno al macho alfa. Y el macho alfa es siempre aquel que demuestre tener las mejores aptitudes atléticas.

Lo hemos visto millones de veces en películas para adolescentes. Es un cliché cinematográfico muy manido. Pero es un cliché dolorosamente real. El grupo de los populares. Y el grupo de los populares es siempre el grupo de los deportistas. En Estados Unidos los populares son los que juegan al fútbol americano. En España los populares son los que juegan al fútbol. Pero el fútbol de verdad, el de pegarle patadas a un balón. El balompié. Nada de touch downs. Si juegas al fútbol estás en el grupo. Si no juegas al fútbol entonces estás fuera. Y si no estás con ellos entonces estás contra ellos. Es pura lógica simia. Y otra de las características del líder primate es su odio feral a todo aquel que esté fuera del grupo.

En el colegio los niños se pelean y tienen broncas. Sí. Cierto. Pero los niños tan pronto como se pelean se olvidan y se reconcilian. En el instituto es diferente. En el instituto cualquier mínima diferencia se vuelve irreconciliable. Es en la etapa de la adolescencia cuando surge el acoso escolar. Se acosa con saña al diferente. Se le insulta, se le ningunea, se le anula. Se le pone motes: autista, marginado, friki…

¿Hace falta explicar en este punto que yo era el friki del instituto?

Y supongo que tampoco hace falta explicar mi odio cerval hacia los deportes o cualquier otro tipo de actividad que requiera correr, sudar, golpearse y tener contacto físico con una pandilla de simios furibundos y desatados.

El instituto para mí fue un calvario y un auténtico horror. Gracias al cielo mis aficiones frikis me permitieron juntarme con otros marginados de la sociedad como yo, de gustos similares y logré formar mi propio grupo de juegos de rol. Y aquello supuso un cambio mágico. Y en verdad resultó ser mi salvación. Resulta que mi etapa de adolescencia e instituto coincidió con un terrible acto luctuoso, que en España recibió en los periódicos el desafortunado titular de “el asesinato del juego de rol”. Sumemos un cambio en mi forma de vestir en plan heavy, con pelos desgreñados, barba sucia, camisetas negras con calaveras y tenemos la transformación de adolescente pardillo a adolescente temible. Los mismos mandriles que me acosaban en el patio, poniéndome motes denigrantes, de repente se escabullían ante mi presencia por si acaso quería vengarme de ellos en un aquelarre sangriento. Y no es coña. En aquella etapa recuerdo ser convocado ante el jefe de estudios del bachillerato para ser interrogado y se llegó a cuestionar mi actitud provocadora (yo no hacía nada de nada excepto fumarme las clases para ir a jugar a Magic. Los demás chicos del insti se fumaban las clases para ir a jugar al mus pero a ellos no se les llamaba ante el jefe de estudios). Incluso recuerdo que se me preguntó si yo era el líder de un culto satánico. No estoy de coña. Verídico. En aquellos años se desató una verdadera caza de brujas contra el juego de rol. Era una caza de brujas puramente mediática, pero tenía un efecto claro en la sociedad. Fue por esas fechas cuando se acuñaron frases como “La policía investiga si el caso está relacionado con un juego de rol”. Y fue también por aquellas fechas cuando entre los jugadores comenzó a circular la soflama: “juego al rol y mato viejas” pero todo en plan choteo. Recuerdo también la anécdota de una madre preocupada que prohibió tajantemente a uno de los del grupillo del rol que volviera a jugar con nosotros a ese juego de asesinatos, porque tenía miedo de que su hijo se le volviera un delincuente. Mucho más tarde llegaría Columbine y las críticas a la violencia en los videojuegos. Pero esa ya es otra historia…

Bueno, el caso es que este post de hoy pretendía ser una prolongación del post anterior, Puñeteros traumas adolescentes, que hablaba sobre unas muñecas llamadas Ever After High y ahora me estoy dando cuenta de que no hay relación aparente entre ambos escritos. Supongo que pretendía explicar por qué el instituto me parece un trauma. Pero lo he explicado desde mi punto de vista subjetivo que es puramente masculino. Aunque estoy convencido de que muchas féminas podrían relatar perfectamente sus propias historias de horror, angustia y sufrimiento teen. Y no puedo obviar el detalle de que las muñecas de Ever After High se dividen claramente en dos bandos antagónicos. Royals y Rebels. Populares contra marginados. Atletas contra pardillos. Matones contra frikis. Más que de comportamientos sociológicos estamos hablando ya de algo que forma parte de la mitología popular moderna. ¡Aúpa las Rebels! ¡Aúpa los frikis!

Puñeteros traumas adolescentes.

Hace un mes, os comentaba que, la jugada de convertir a las jóvenes ponis en las adolescentes de instituto Equestria girls, solo tenía razón de ser en el caso de que Mattel y Hasbro estuviesen planeado un crossover con las Monster High, juntando ambas franquicias, para sorprender a sus fans…

Pero ahora veo que Mattel ya contaba con sus propios planes maléficos y secretos.



¿Cómo no lo he visto venir? En serio… ¿cómo no lo he visto venir? Parece absurdo, pero si lo piensas con frialdad, desde una perspectiva puramente economicista, tiene toda la lógica del mundo. ¡Son las princesas Disney pero en el instituto! Las madres se comprarán las muñecas con la excusa de que es para sus hijas, pero al final acabarán coleccionándolas ellas y se comprarán hasta las pegatinas y los cromos. ¡Y con estas dos licencias sí que es posible un crossover pues ambas son propiedad de la misma compañía! Desde ya les auguro un éxito fulgurante. ¡Mattel se va a forrar!

Y con las muñecas Ever After High doy por zanjada para siempre la polémica de las “fake geek girls”. Las chicas sí que son frikis verdaderas y esto ya me resulta indiscutible. ¿Por qué afirmo esto? El friki está anclado en la adolescencia. El instituto es un puto trauma y esto es algo que el verdadero friki nunca logra superar. Y no estoy hablando de la chorrada esa del complejo de Peter Pan y el no querer madurar. Hablo del puñetero trauma de ser un adolescente loser en tu época emocionalmente más inestable. Si eras friki de instituto sabrás de lo que te estoy hablando. El puñetero instituto es un trauma para nosotros y es inevitable que ahora la industria explote esa debilidad hasta exprimirnos los tuétanos. Si ha funcionado con las Monster High (y funcionará con las Ever After High, vaya que sí) entonces el siguiente paso lógico para Mattel es una Eternia Highschool. En serio. Imaginad al Príncipe Adam vestido de rosita recibiendo collejones en el patio del insti de parte de Skeletor y Hordak. ¿Qué no? Pues yo digo que es posible. De hecho toda franquicia friki desde este momento es susceptible de adaptarse a su versión para adolescentes losers de instituto.

Y tengo pruebas…


Star Wars en un insti de los 80.
¡Desde ya reclamo una Eternia High School! ¡Quiero a mi muñeco de skeletor con sudadera de los 90 y monopatín! ¡Y quiero un Hordak matón de patio con botón de acción de dar collejones a los nerds! Y por supuesto quiero un Buzz Off empollón de mates y una Teela rata de biblioteca con braquets. Leches. ¡Y una She-ra Cheerleader! ¿Me están escuchando señores de Matty Collector? ¡Miles de frikis traumatizados por aquella etapa y con alto poder adquisitivo están esperando a inundarles de billetes! Tenemos muchos recuerdos reprimidos traumatizantes que exorcizar usando terapia de muñequitos

Por cierto, que cada vez que vuelvo a ver el video este, el de las Ever After High School, más me da por pensar que la serie de dibujos de los chicos de Beverly Hills fracasó en su día por adelantarse en exceso a su tiempo…


¡Visionarios! ¡Putos visionarios!

domingo, junio 09, 2013

La venganza del gordo friki.

George R. R. Martin. Gordo. Barbudo. Gafotas. Escritor de libros de fantasía heroica. Epítome del friki.

Frikis. Dios los cría y la barba los junta.
Yo estoy convencido de que George R. R. Martin en el insti recibía collejones de sus compañeros de clase y es por eso que planeó vengarse del mundo y de la humanidad. Y su plan de venganza era concienzudo, sañoso y cruel. Y por eso escribió Juego de Tronos, el primer libro de una saga que engancharía a la gente normal no-friki, para que algún día se transformase en serie de televisión, con una única y maquiavélica idea en mente:

La Boda Roja.

En mayúsculas. La Boda Roja. Roja por el rojo de la sangre corriendo a litros. Roja por las lágrimas de sangre lloradas por los telespectadores incautos que no se lo veían venir.



La Boda Roja es la venganza del gordo friki contra el mundo. ¡Jodeos normis!

Ahora ya en serio: ¿De verdad les ha pillado a todos de sorpresa? ¿Es qué nadie se lee los libros? ¿Cómo puede alguien sorprenderse existiendo internet? ¿Cuántos años llevan los libros a la venta? ¿No se supone que son bestsellers? ¿El gordo friki tiene alguna jugarreta más preparada? Yo creo que sí. La venganza también incluye el morirse de viejo antes de concluir la historia, dejando la saga de Canción de Hielo y Fuego inconclusa...

Y recordad esto chicas normis. Cada vez que le dices a un gordo friki “contigo no, bicho” llega George R. R. Martin y mata a un Stark.