Puro chute de adrenalina en vena. ¡Bufffff! ¡Qué bien me lo he pasado en el cine con este Dredd! Con pelis como las de los Mercenarios las balaseras se convierten en un chiste. Ves morir cienes y cienes de esbirros ametrallados y no puedes evitar reírte de lo bufonesco y exagerado que se vuelve todo. Con Dredd ni una sola risita. Cada bala duele. Duele y encima en cámara lenta. Con regodeo en el salvajismo de la violencia. Y eso que Dredd es igual de exagerada en sus planteamientos que la de los Mercenarios. En el fondo sigue siendo una peli de tiroteos con un prota más duro que las piedras. Pero es que es otro rollo. Otro rollo completamente distinto. No sé como explicarlo… la palabra es malrollismo.
Dredd es malrollera. Te da escalofríos pensar que un futuro como ese pueda ser factible. Megacity uno es una urbe futurista, pero también resulta una urbe reconocible. Con edificios hipertecnificados entremezclados con los edificios antiguos. Y con la gente apiñándose en construcciones asfixiantes. Con suciedad y crimen por todas partes. Un futuro salvaje y deshumanizado. Y en medio de todo ese caos un Juez que no es para nada un héroe. Dredd no es un personaje simpático en absoluto. El espectador no puede identificarse o simpatizar con el personaje. Dredd es un pistolero. Un ejecutor. Pero es que Dredd es la ley de Megacity uno. Representa a la justicia y es implacable. Justo como en los cómics. Y supongo que eso es lo mejor que se puede decir de esta película. Este es el Dredd que debió ser y no la americanada que se marcó el Stallone en los Noventa. Dredd no se quita el casco en toda la película y su gesto siempre es hosco y adusto. Y siempre es rotundo a la hora de liquidar a los culpables. Sin dudar a la hora de ejecutar una sentencia. ¡Cómo debe de ser! Un Dredd fidedigno al espíritu del material que adapta.
La califico de recomendable, aunque no de excelente. El problema de esta película es que pretende ir de superproducción cuando se nota que no lo es. Hay algunos momentos en que se nota lo modesto de la producción. No sabría explicar específicamente que momentos fallan. Pero sí que puedo decirles que a veces me daba la sensación de estar viendo alguno de esos videos del youtube que se curran los aficionados. Una fan-movie, para entendernos. Pero casi que eso es lo de menos. A mi Dredd me ha gustado. Lo mejor sin duda lo del invento del Slow-Mo. Con la excusa de la droga que ralentiza la percepción el director puede meter momentos bullet-time cuando le viene en gana. Pero aquí no vemos a Neo esquivando las balas a cámara lenta. No. Aquí lo que vemos es las balas perforando cuerpos y reventando carne con todo lujo de detalles. Con regodeo. Salvaje, aunque resulta extrañamente fascinante. Supongo que algunos grupos conservadores aprovecharán eso para atacar esta película por hacer apología de la violencia. Pero a mi me da igual. Dredd mola.
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