En Japón la palabra otaku en sus orígenes tenía unas connotaciones muy negativas pues venía a ser sinónimo de “obseso”. Posteriormente la palabra otaku pasó a occidente como término para designar a los seguidores del manga y el anime, suavizándose su significado bastante por el camino, pasando a ser simplemente sinónimo de “fan de lo japonés”. ¿No hay nada malo en ser un fan de algo, verdad? Otakus eran los que compraban manga, veían anime y punto...
Pero eso ya no es así.
Actualmente la palabra otaku ha regresado a su significado original. Ahora mismo para ser un “verdadero” otaku ya no basta con ser fan de una serie japonesa. No basta con comprar los mangas de tus personajes favoritos. Ahora para ser un otaku de veras tienes que ser un auténtico obseso, dispuesto a gastarte todo tu dinero en cualquier merchandising relacionado con las series que sigues: posters, figuritas, maquetas y cualquier otra chorradita que esté a la venta con la imagen del personaje de turno...
La prueba de que lo que digo es cierto está en que si buscas por google la palabra otaku esto es con lo primero que te encuentras...
La imagen actual del otaku es pues la de un coleccionista panoli que se comprará lo que sea, sin criterio, sin gusto y sin importar lo rematadamente malo que pueda ser un producto. Y esa imagen debían de tener en mente los de la 20 Century Fox cuando decidieron hacer el bodrio aquel al que llamaron Dragonball Evolution. Seguro que los lumbreras de la productora que dieron luz verde a la adaptación en imagen real pensaron: “Es una mierda pinchada en un palo, sí, pero la peli nos va a salir muy barata y los otakus estos son tan pringaos que seguro que se la comprarán igualmente en versión Blu-Ray con tal de ver kamehames”.
Y yo no puedo evitar preguntarme... ¿es esto cierto? ¿Los fans otakus en la actualidad ya no tienen ni criterio ni gusto? ¿Aceptarán lo que sea? ¿Es que acaso no existe un límite a lo que los otakus están dispuestos a tolerar? Y a estas cuestiones me las responderán próximamente Kadokawa y KyoAni, pues resulta que ya se ha filtrado por internet el precio en Japón de los DVDs de la segunda temporada de Suzumiya. Según he podido leer por diversos blogs y en Japanator, la continuación de Suzumiya saldrá en Japón con un precio de 6930 yenes por DVD, lo que al cambio significa unos 50€ aprox. por disco, y puesto que cada disco contiene solo dos episodios de la serie, significa que un fan otaku en Japón tendrá que pagar la friolera de 200€ por poseer completa la trolleada de Endless Eight. ¿En serio piensan los de Kadokawa que la gente se comprará eso? Pagar 200 euros por ver un episodio repetido 8 veces me parece un robo intolerable. Un grandísimo atraco y creo que no existen otras palabras mejores para definir semejante ocurrencia... (bueno, si fuera uno de los de ADLO os diría que esto es una Grandísima Genialidad, con mayúsculas y todo, pero es que yo al humor de ADLO ya hace tiempo que no le veo la gracia).
Sí hija, sí...
¿Qué ocurrirá? En los próximos meses obtendré mis respuestas. Aunque desde ya os digo que si la segunda temporada obtiene mayores ventas que la primera, renuncio oficialmente a ser considerado como uno de los otakus. Y renunciaría porque no me gustaría ser considerado gilipollas. Y es que habría que ser muy gilipollas para pagar los 200€ del ala por Endless Eight. Muy gilipollas o muy otaku. (¿existe alguna otra palabra adliana que se pueda usar para estos casos? ¿A qué no?).
Pero eso ya no es así.
Actualmente la palabra otaku ha regresado a su significado original. Ahora mismo para ser un “verdadero” otaku ya no basta con ser fan de una serie japonesa. No basta con comprar los mangas de tus personajes favoritos. Ahora para ser un otaku de veras tienes que ser un auténtico obseso, dispuesto a gastarte todo tu dinero en cualquier merchandising relacionado con las series que sigues: posters, figuritas, maquetas y cualquier otra chorradita que esté a la venta con la imagen del personaje de turno...
La prueba de que lo que digo es cierto está en que si buscas por google la palabra otaku esto es con lo primero que te encuentras...
La imagen actual del otaku es pues la de un coleccionista panoli que se comprará lo que sea, sin criterio, sin gusto y sin importar lo rematadamente malo que pueda ser un producto. Y esa imagen debían de tener en mente los de la 20 Century Fox cuando decidieron hacer el bodrio aquel al que llamaron Dragonball Evolution. Seguro que los lumbreras de la productora que dieron luz verde a la adaptación en imagen real pensaron: “Es una mierda pinchada en un palo, sí, pero la peli nos va a salir muy barata y los otakus estos son tan pringaos que seguro que se la comprarán igualmente en versión Blu-Ray con tal de ver kamehames”.
Y yo no puedo evitar preguntarme... ¿es esto cierto? ¿Los fans otakus en la actualidad ya no tienen ni criterio ni gusto? ¿Aceptarán lo que sea? ¿Es que acaso no existe un límite a lo que los otakus están dispuestos a tolerar? Y a estas cuestiones me las responderán próximamente Kadokawa y KyoAni, pues resulta que ya se ha filtrado por internet el precio en Japón de los DVDs de la segunda temporada de Suzumiya. Según he podido leer por diversos blogs y en Japanator, la continuación de Suzumiya saldrá en Japón con un precio de 6930 yenes por DVD, lo que al cambio significa unos 50€ aprox. por disco, y puesto que cada disco contiene solo dos episodios de la serie, significa que un fan otaku en Japón tendrá que pagar la friolera de 200€ por poseer completa la trolleada de Endless Eight. ¿En serio piensan los de Kadokawa que la gente se comprará eso? Pagar 200 euros por ver un episodio repetido 8 veces me parece un robo intolerable. Un grandísimo atraco y creo que no existen otras palabras mejores para definir semejante ocurrencia... (bueno, si fuera uno de los de ADLO os diría que esto es una Grandísima Genialidad, con mayúsculas y todo, pero es que yo al humor de ADLO ya hace tiempo que no le veo la gracia).
¿Qué ocurrirá? En los próximos meses obtendré mis respuestas. Aunque desde ya os digo que si la segunda temporada obtiene mayores ventas que la primera, renuncio oficialmente a ser considerado como uno de los otakus. Y renunciaría porque no me gustaría ser considerado gilipollas. Y es que habría que ser muy gilipollas para pagar los 200€ del ala por Endless Eight. Muy gilipollas o muy otaku. (¿existe alguna otra palabra adliana que se pueda usar para estos casos? ¿A qué no?).
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