
Al final, del “fantabuloso” trial de diez días de prueba gratuita del WoW, solo he podido jugar cuatro tardes escasas. De esos diez días, cinco me los he pasado bajándome los 7 gigas de archivos necesarios para poder jugar y el último día no me han dejado jugarlo porque los servidores estaban todos chapados por mantenimiento. Y aún y con esas he logrado subir mi personaje de prueba hasta el nivel 20. ¡En tan solo cuatro tardes! Esto demuestra hasta que punto World of Warcraft es ridículamente fácil. Mi percepción en este sentido no ha cambiado nada (este no ha sido mi primer trial, yo ya había probado el WoW con anterioridad). A mi Warcraft me parecía un mmorpg sencillo y con unos gráficos rácanos, más propios de lo que se estilaba en los años 90 del siglo pasado, y este nuevo trial no ha mejorado mi opinión al respecto en lo más mínimo. Claro que igual mis percepciones están distorsionadas debido a que me estrené en el género con uno de los mmorpgs más absurdamente difíciles de todos: el maldito Everquest. En los comienzos de Everquest llegar a nivel 20 en cuatro días era impensable sin recurrir al powerlevel (que por aquel entonces era visto como hacer trampas). Alcanzar el nivel 20 representaba meses de esfuerzo matando bichos y más bichos de manera cansina y repetitiva. Además te veías obligado a agrupar por narices, lo que suponía perder mucho tiempo buscando grupo. Subir soleando era algo imposible salvo para las cuatro contadas clases que sí que podían solear. Para rematarlo si palmabas la penalización por muerte era excesiva, perdiendo la experiencia ganada y todo tu equipo (a menos que pudieras recuperar el cuerpo por tus propios medios); la única forma de esquivar tales penalizaciones era contar con el apoyo de algún clérigo que pudiera ayudarte con un conjuro de resurrección y estos no siempre estaban disponibles. En el Warcraft prácticamente no hay penalización por morir y prácticamente no hay necesidad de agrupar. Yo he podido subir soleando a base de hacer quests que me daban una cantidad de experiencia exagerada. O por lo menos exagerada en comparación con las quests del ya citado Everquest. Resulta irónico que un juego que se llamaba “Siemprebusqueda” (la traducción literal de Everquest) contara con tan pocas quests que valieran la pena. En aquel juego cuando hacías quest o bien era porque te subía la facción con un determinado grupo o bien era porque te daba acceso a otra zona en la que te mereciera mucho más la pena cazar. Más raramente se hacían las quests porque la recompensa en forma de objeto justificara el tiempo y el esfuerzo invertidos en completar su búsqueda. Casi nunca se hacían las quests por la experiencia que pudieran proporcionarte. ¡Todo lo contrario a este WoW! Aquí las quests son abundantes, sencillas y todas garantizan una buena recompensa en forma de un buen empuje a la experiencia necesaria para subir al siguiente nivel. Y esto que podría parecer bueno, en el fondo no lo es tanto...

Si los programadores del juego se lo hubieran currado minimamente a la hora de diseñar las quests estaría encantado, pero es que las quests resultan de lo más monótono y aburrido. Básicamente se trata o de hacer de recadero, o de hacer de recolector o (sobre todo) de hacer de exterminador de alimañas: “Ve y mata diez ratas”. Hartito estoy de encontrarme una y otra vez con este tipo de misiones en los rpgs de ordenador. Aquí no hay ratas, pero hay murciélagos y arañas que para el caso es lo mismo. Lo mismo de siempre. Lo mismo de siempre pero más fácil y con peores gráficos. Lo que me sigue dejando con la duda de que leches puede ver tanta gente en este juego. Para alguien que haya probado otros mmorpgs más elaborados, el WoW no aporta nada nuevo. Resulta totalmente insulso e insípido. Lo único de este mmorpg que le pueda merecer la pena al jugador español es que está totalmente traducido a nuestro idioma, aunque la traducción de algunos términos pueda hacer pensar lo contrario (¿la ciudad de Entrañas? ¿murciumbrios? ¿celeracnidas? ¿putrepellejos? ¿Seguro que no había una traducción mejor? Yo al final a los putrepellejos les rebauticé “cutrependejos”. ¡Vamos a matar cutrependejos!). Por lo demás debo decir que quizás juzgar todo el juego por este trial tan efímero igual es tendencioso. Me consta que en los mmorpgs no se puede saber como es de verdad el juego sin haber jugado y probado lo que los yanquis llaman “High End Game”. Lo que pueda experimentar un jugador de nivel 20 no tiene ni punto de comparación a las raids vividas por jugadores con personajes de nivel 60, contra los bosses de los dungeons de nivel alto del juego. Aún así sigo pensando que los de Blizzard se lo podrían haber currado todo un poco más. Si se puede subir tan rápidamente a nivel 20 indica hasta que punto estos 20 primeros niveles son totalmente irrelevantes y me hace replantearme hasta que punto los monstruos de nivel 60 en este juego serían equiparables a los niveles 60 de los otros mmorpgs disponibles en el mercado ahora mismo. Si Blizzard me diera alguna prueba de que tales encuentros son interesantes o emocionantes y me diera alguna opción a probar gratuitamente lo que se experimenta con el “High End Game” de este juego, quizás cambiaría mi opinión a mejor, pero como sé que eso no va a ocurrir nunca, me quedo con lo que he vivido de primera mano: un juego aburrido, plano, sin retos, de gráficos sencillos y totalmente desfasados. En resumen: el WoW es más simple que el mecanismo de los ladrillos. Nada que pueda llamar la atención de un jugador veterano que se tiró casi cinco años en el Everquest...






En principio parece que se ha respetado el diseño original del personaje, lo cual es un gesto de agradecer por parte de los que somos fans de Robocop, pero esto me plantea la siguiente cuestión: ¿Si el personaje es el mismo y la historia que nos van a contar es exactamente la misma... qué sentido tiene hacer este remake? La respuesta más obvia es la que ya todos tenemos en mente: sacarnos la pasta y a correr. Aunque yo espero que los productores no se hayan quedado solamente en eso y hayan tenido un poco más de visión comercial, con vistas a revitalizar la franquicia. Espero que se hayan planteado un relanzamiento en toda regla del policía robot, de modo que pueda volver a ser reivindicado como superhéroe y que no vuelva a caer en el olvido...
Tendría mucha gracia que ahora que Miller ya es famoso y reconocido en Hollywood decidieran rodar un guión que en su día todos calificaron como “infilmable".
Yo por mi parte pienso apropiarme de este término y usarlo a partir de ahora en frases como: “esto es más malo que meter a Indy en la nevera” para mis futuras reseñas de pelis chungas.
¡C. G. gophers! ¿Pero qué necesidad había Lucas, por favor, qué necesidad había? El caso es que Don Lucas me ha fastidiado todas las ilusiones que tenía por ver las posibles futuras secuelas de mis pelis favoritas de los 80. Diez años atrás me dan la noticia de que finalmente llegaría el día en que podría ver Indiana Jones cuatro en los cines y seguro que me pondría a dar botes como loco de alegría, pero ahora mismo me dicen que van a rodar un Indiana Jones cinco y es que les reniego en arameo. Y lo mismo me pasa con la posibilidad de los episodios 7, 8 y 9 de Star Wars, que la sola idea de que a Lucas le de por joder más la marrana con la saga galáctica me da fatigueras y sudores fríos tan solo de pensarlo. Y exactamente igual me pasa con proyectos como los de Gremlins 3, Alien 5 o Cazafantasmas 3. Ha quedado más que claro que esas películas tuvieron su momento y lugar y que ya es muy tarde para más secuelas. Especialmente en lo que se refiere a los Cazafantasmas. Antes me hacía gracia la idea de que se rodara una posible secuela con los Cazafantasmas todos viejetes, pero ahora me han abierto los ojos y soy consciente de que eso sería un gran error. Especialmente desde que lobotomizaron a Bill Murray para que rodara Lost in Translation y perdiera toda su gracia. ¿Y qué decir de los remakes? Pues otro tanto de lo mismo. Antaño firmaría con los ojos cerrados por remakes de Hellraiser, Pesadilla en Elm Street, Robocop, los Goonies, los Inmortales o la Historia Interminable, pero ahora escucho que sí que van a rodarse alguno de estos remakes y es que me dan retortijones solo de imaginarme lo que puede salir de tales proyectos...








Dirección: Matt Reeves.






Una vez dentro de las cuevas te ibas encontrando una serie de esferas o pelotas flotantes que dependiendo de su color te podían quitar o añadir energía. Tras mucho dar vueltas y más vueltas por pasillos vacios, al final acababas encontrándote algún bichillo solitario, generalmente un orquito con cuernos, que te atacaba lanzando pelotas rojas (las rojas eran las que quitaban vidas) y al que tú te tenías que cargar contraatacando también con pelotas de color rojo. Lo chungo es que si dos pelotas de color rojo chocaban en el aire entonces se transmutaban, cambiando de color, con efectos imprevistos e indeseados.
¡Y eso era todo el juego! ¡No había más! A pesar de lo simple de su mecanismo y a pesar de la dificultad exagerada, yo me pegaba unos viciotes tremendos al Eidolon. Mis recuerdos son borrosos y no estoy muy seguro, pero creo que al final sí que logré una vez pasarme al dichoso dragón, pero eso solo te llevaba al segundo nivel con más bichos y más dragones, que te liquidaban en un pis-pas, por lo que volvías a empezar otra vez desde el primer nivel. ¡Y aquello ya era demasiado! Al final terminabas por dejarlo, más que nada porque de aquella te miraban con lupa cuanto tiempo pasabas enganchado a los puñeteros juegos y a la que te pasabas de la raya te veías castigado sin poder volver a tocar el Spectrum en una semana. ¡Y eso sí que no!






