País: USA
Año: 2007
Duración: 144 minutos.
Género: Acción, ciencia-ficción.
Dirección: Michael Bay.
Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman
Producción: Lorenzo di Bonaventura, Tom DeSanto, Steven Spielberg.
Fotografía: Mitchell Amundsen.
Música: Steve Jablonsky.
Estreno en España: 4 de julio de 2007.
¿Quieren leer mi crítica a los Transformers de Bay? Pues allá va: esta película es lamentable; una grandísima chorrada; una gilipollez; pura basura. El mayor montón de escoria que haya tenido el disgusto de ver en mucho tiempo. Y así perfectamente podría dar por finiquitada mi crítica, quedándome más ancho que largo...
Claro que si pretendo que esto sea una crítica seria no puedo ir y soltar que la peli apesta, así sin más ni más. Se supone que hasta los críticos de cine más amateurs han de ser capaces de dar razones justificadas del por que una película les parece la puta peste. ¿Por donde empiezo a sacarle punta a este bodrio infumable? Podría comenzar detallando todos los defectos del guión, por ejemplo, pero es que no puedo. Y no puedo porque no tiene. ¡En serio! ¡No hay guión! El argumento de Transformers la película no tiene ni pies, ni cabeza, simple y llanamente porque no existe argumento que valga. Los vendedores en la taquilla tendrían que dar el siguiente aviso al público al venderles la entrada: “Señor, está a punto de pagar por una película que no tiene ni guión, ni argumento. ¿Seguro que quiere malgastar su dinero?”. Aunque en mi caso yo no debería poder quejarme de este detalle, puesto que ya conocía de antemano tal eventualidad. En ningún momento fui engañado. Como se suele decir en estos casos: “sabías a lo que venías”. Me esperaba una serie de escenas de acción trepidante hilvanadas con la más mínima y pobre excusa argumental. ¡Pero es qué ni eso! No es solo que no haya guión... ¡es que tampoco hay acción! ¡Nada! Con la salvedad de unos pocos momentos al principio y la apoteosis del clímax de la batalla final, Transformers de Bay son dos horas larguísimas mirando una pantalla sin que pase absolutamente nada de nada. ¡Un sopor! ¡Un rollo! ¡Un tedio total y absoluto! ¡Le sobra metraje por todos lados! ¡Sobran todas las escenas chorras del puto perrito chihuahua con la escayola! ¡Sobran las escenas gilipollescas de los padres del protagonista! ¡Incluso sobra el puñetero protagonista! ¡Yo no he pagado por ver al más memo del instituto ligarse a la buenorra de la clase! ¡Yo lo que quería ver era a robotrones gigantes pegándose unas hostias grandes como panes, joder! Encima, para cuando por fin ocurre algo interesante, que es cuando aparecen los Decepticons a repartir leña, resulta que no te enteras de absolutamente nada porque no se distingue una puta mierda. Bay apuesta, como siempre, por el montaje epiléptico a la hora de dinamizar la acción, de tal modo que el espectador se pierde lo que pasa en cuanto parpadea. Las escenas de acción están montadas como una serie de tomas que no duran más de dos segundos y que son emitidas como una serie de flashes, de tal modo que si parpadeas ya no sabes quien le está disparando a quien, o que coño es lo que ha explotado. Cuando la toma dura más de tres segundos, entonces resulta que todo está borroso o desenfocado, con el único fin de aturullar al espectador. Para rematarlo, el operario de cámara actúa como si tuviera la enfermedad de Parkinson, por lo que al final el espectador acaba por tener que rendirse a la velocidad mareante de las imágenes y asumir que por más atención que preste a la pantalla no va a lograr enterarse de una jodida mierda. Lo peor es que cada vez más este es el concepto de acción que prima en Hollywood. ¡Cuánto mal han hecho los videoclips de la MTV! Velocidad absurda y la nitidez de las imágenes que se vayan al carajo, junto con la capacidad de retención del espectador. ¡Pues yo ya empiezo a estar hasta las narices! ¡Ya se pueden ir al cuerno todos los Bay y similares! Lo que no acabo de entender es para que leches perdieron tanto tiempo en diseñar unos robots tan chulos, con tantas piececitas, tornillitos y demás zarandajas, si luego resulta que no se les ve porque salen desenfocados en todo momento, quitando en los planos panorámicos en los que los robots gigantes aparecen al fondo como parte del decorado. ¿Para qué tomarse tantas molestias si luego no lucen en pantalla? Incomprensible. Como me resulta igualmente incomprensible que alguien pueda gastarse tantísimos millones de dólares en una película sin tener primero un guión sólido encima de la mesa al que atenerse. ¿Pero se puede saber en qué cojones estaban pensando Bay, Spielberg y compañía? En vender juguetitos, supongo...
En resumen: ¡Menuda castaña!
Lo mejor: Si tengo que salvar algo de entre tanto despropósito, eso sería la escena de acción introductoria. Justo al principio del todo podemos ver a uno de los Decepticon cargándose el solito a toda una base de los marines enterita. ¡Qué lastima que luego el resto de los Decepticons no estén a la altura!
Lo peor: A partir de esa primera escena, absolutamente todo lo demás de la película, que dura unas dos horas y media largas, larguísimas. Un grandísimo desperdicio, un enorme montón de basura... o si lo prefieren, un completo montón de chatarra inservible.
Y termino como siempre con la pregunta sin respuesta: ¿Por qué los Autobots se comportan todos como si fueran gilipollas? ¡En serio! Tengo que preguntarlo de nuevo... ¿Por qué unos entes tecnológicos tan avanzados, venidos de otro planeta supuestamente mucho más evolucionado que el nuestro, se comportan como si fueran todos un puñado de palurdos, memos, imbéciles y tontos del culo?
Año: 2007
Duración: 144 minutos.
Género: Acción, ciencia-ficción.
Dirección: Michael Bay.
Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman
Producción: Lorenzo di Bonaventura, Tom DeSanto, Steven Spielberg.
Fotografía: Mitchell Amundsen.
Música: Steve Jablonsky.
Estreno en España: 4 de julio de 2007.
¿Quieren leer mi crítica a los Transformers de Bay? Pues allá va: esta película es lamentable; una grandísima chorrada; una gilipollez; pura basura. El mayor montón de escoria que haya tenido el disgusto de ver en mucho tiempo. Y así perfectamente podría dar por finiquitada mi crítica, quedándome más ancho que largo...
Claro que si pretendo que esto sea una crítica seria no puedo ir y soltar que la peli apesta, así sin más ni más. Se supone que hasta los críticos de cine más amateurs han de ser capaces de dar razones justificadas del por que una película les parece la puta peste. ¿Por donde empiezo a sacarle punta a este bodrio infumable? Podría comenzar detallando todos los defectos del guión, por ejemplo, pero es que no puedo. Y no puedo porque no tiene. ¡En serio! ¡No hay guión! El argumento de Transformers la película no tiene ni pies, ni cabeza, simple y llanamente porque no existe argumento que valga. Los vendedores en la taquilla tendrían que dar el siguiente aviso al público al venderles la entrada: “Señor, está a punto de pagar por una película que no tiene ni guión, ni argumento. ¿Seguro que quiere malgastar su dinero?”. Aunque en mi caso yo no debería poder quejarme de este detalle, puesto que ya conocía de antemano tal eventualidad. En ningún momento fui engañado. Como se suele decir en estos casos: “sabías a lo que venías”. Me esperaba una serie de escenas de acción trepidante hilvanadas con la más mínima y pobre excusa argumental. ¡Pero es qué ni eso! No es solo que no haya guión... ¡es que tampoco hay acción! ¡Nada! Con la salvedad de unos pocos momentos al principio y la apoteosis del clímax de la batalla final, Transformers de Bay son dos horas larguísimas mirando una pantalla sin que pase absolutamente nada de nada. ¡Un sopor! ¡Un rollo! ¡Un tedio total y absoluto! ¡Le sobra metraje por todos lados! ¡Sobran todas las escenas chorras del puto perrito chihuahua con la escayola! ¡Sobran las escenas gilipollescas de los padres del protagonista! ¡Incluso sobra el puñetero protagonista! ¡Yo no he pagado por ver al más memo del instituto ligarse a la buenorra de la clase! ¡Yo lo que quería ver era a robotrones gigantes pegándose unas hostias grandes como panes, joder! Encima, para cuando por fin ocurre algo interesante, que es cuando aparecen los Decepticons a repartir leña, resulta que no te enteras de absolutamente nada porque no se distingue una puta mierda. Bay apuesta, como siempre, por el montaje epiléptico a la hora de dinamizar la acción, de tal modo que el espectador se pierde lo que pasa en cuanto parpadea. Las escenas de acción están montadas como una serie de tomas que no duran más de dos segundos y que son emitidas como una serie de flashes, de tal modo que si parpadeas ya no sabes quien le está disparando a quien, o que coño es lo que ha explotado. Cuando la toma dura más de tres segundos, entonces resulta que todo está borroso o desenfocado, con el único fin de aturullar al espectador. Para rematarlo, el operario de cámara actúa como si tuviera la enfermedad de Parkinson, por lo que al final el espectador acaba por tener que rendirse a la velocidad mareante de las imágenes y asumir que por más atención que preste a la pantalla no va a lograr enterarse de una jodida mierda. Lo peor es que cada vez más este es el concepto de acción que prima en Hollywood. ¡Cuánto mal han hecho los videoclips de la MTV! Velocidad absurda y la nitidez de las imágenes que se vayan al carajo, junto con la capacidad de retención del espectador. ¡Pues yo ya empiezo a estar hasta las narices! ¡Ya se pueden ir al cuerno todos los Bay y similares! Lo que no acabo de entender es para que leches perdieron tanto tiempo en diseñar unos robots tan chulos, con tantas piececitas, tornillitos y demás zarandajas, si luego resulta que no se les ve porque salen desenfocados en todo momento, quitando en los planos panorámicos en los que los robots gigantes aparecen al fondo como parte del decorado. ¿Para qué tomarse tantas molestias si luego no lucen en pantalla? Incomprensible. Como me resulta igualmente incomprensible que alguien pueda gastarse tantísimos millones de dólares en una película sin tener primero un guión sólido encima de la mesa al que atenerse. ¿Pero se puede saber en qué cojones estaban pensando Bay, Spielberg y compañía? En vender juguetitos, supongo...
En resumen: ¡Menuda castaña!
Lo mejor: Si tengo que salvar algo de entre tanto despropósito, eso sería la escena de acción introductoria. Justo al principio del todo podemos ver a uno de los Decepticon cargándose el solito a toda una base de los marines enterita. ¡Qué lastima que luego el resto de los Decepticons no estén a la altura!
Lo peor: A partir de esa primera escena, absolutamente todo lo demás de la película, que dura unas dos horas y media largas, larguísimas. Un grandísimo desperdicio, un enorme montón de basura... o si lo prefieren, un completo montón de chatarra inservible.
Y termino como siempre con la pregunta sin respuesta: ¿Por qué los Autobots se comportan todos como si fueran gilipollas? ¡En serio! Tengo que preguntarlo de nuevo... ¿Por qué unos entes tecnológicos tan avanzados, venidos de otro planeta supuestamente mucho más evolucionado que el nuestro, se comportan como si fueran todos un puñado de palurdos, memos, imbéciles y tontos del culo?
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