Andaba quejándome yo el otro día por la falta de novedades manga interesantes de las que poder hablar en el blog y la verdad es que esto no es exactamente del todo cierto. Este mismo mes Glenat saca a la calle el tomo número 2 de Kimagure Orange Road, en una edición bastante decente si la comparamos con la edición cómic-book que sacó Norma a mediados de los 90 ( y que dejaron colgada a medias). La relación cantidad/calidad/precio de la edición de Glenat es de lo más interesante: 300 páginas por menos de 10 euros están más que bien y ahora mismo ninguna editorial de manga oferta algo semejante. El caso es que a pesar de todo no me animo a comprar esta serie por una muy buena razón... y es que me trae muy malos recuerdos. Así como suena. La serie trata sobre un adolescente pardillo que no acaba de decidirse entre dos chicas y cuando en su día echaron la serie de anime por la tele (en telecinco, con el título hispanizado de “Johnny y sus amigos”) no pude más que sentirme identificado con las desventuras amorosas del protagonista. Y es que por aquel entonces yo era igual de pardillo e indeciso, incapaz de decidirme entre dos chicas que me gustaban en el instituto. Y es precisamente por esto que la serie me trae tan pésimos recuerdos. ¿Saben qué es lo que te pasa en la adolescencia cuando no eres capaz de decidirte por una chica? Pues que viene otro mucho más lanzado que tú y te gana la mano por la cara, llevándose a la chica justo delante de tus morros y dejándote con un palmo de narices por pardillo. Y en mi caso eso me pasó con las dos chicas. ¡Compuesto y sin novias por tonto!
En fin. El caso es que aun y con todo, esta serie tiene para mí una fuerte carga nostálgica y ciertamente me tienta volver a leerla de nuevo. Pero es que yo de la nostalgia ya no me fío, que la nostalgia puede ser muy traicionera. Y no es la primera vez que me llevo un desengaño al comprobar que tal o cual serie no era como yo la recordaba (eso me pasó con bateadores, por ejemplo). Si a eso le sumamos la fuerte carga negativa de esa mala experiencia vivida en la adolescencia de la que hablaba antes... ¡Uf! Seguro que me pondría de mucha mala leche releyendo esas páginas. Y yo ya estoy muy mayor y muy perro como para ponerme ñoño por algo que pudo ser y no fue. Los bonitos recuerdos de los amores adolescentes mejor dejarlos bien olvidados, que en realidad esos recuerdos ni eran tan bonitos, ni la adolescencia nunca fue ni de lejos ese territorio de la felicidad que nos pintaban en las historietas...¡Los triángulos amorosos juveniles para las telenovelas! A mí edad ya no estoy para tonterías y no creo que fuera a tener la paciencia suficiente como para aguantar páginas y más páginas de un par de memos pelando la pava. Si acaso fueran un par de tomos, todavía... ¡pero es que Glenat anuncia que serán 10 tomos! ¡De 300 páginas cada uno! Y encima con periodicidad bimestral. Demasiado marear la perdiz...
Y a pesar de todo lo dicho... mucho me temo que me acabaré comprando la serie. ¡Buf! ¡Malditos recuerdos nostálgicos!
En fin. El caso es que aun y con todo, esta serie tiene para mí una fuerte carga nostálgica y ciertamente me tienta volver a leerla de nuevo. Pero es que yo de la nostalgia ya no me fío, que la nostalgia puede ser muy traicionera. Y no es la primera vez que me llevo un desengaño al comprobar que tal o cual serie no era como yo la recordaba (eso me pasó con bateadores, por ejemplo). Si a eso le sumamos la fuerte carga negativa de esa mala experiencia vivida en la adolescencia de la que hablaba antes... ¡Uf! Seguro que me pondría de mucha mala leche releyendo esas páginas. Y yo ya estoy muy mayor y muy perro como para ponerme ñoño por algo que pudo ser y no fue. Los bonitos recuerdos de los amores adolescentes mejor dejarlos bien olvidados, que en realidad esos recuerdos ni eran tan bonitos, ni la adolescencia nunca fue ni de lejos ese territorio de la felicidad que nos pintaban en las historietas...¡Los triángulos amorosos juveniles para las telenovelas! A mí edad ya no estoy para tonterías y no creo que fuera a tener la paciencia suficiente como para aguantar páginas y más páginas de un par de memos pelando la pava. Si acaso fueran un par de tomos, todavía... ¡pero es que Glenat anuncia que serán 10 tomos! ¡De 300 páginas cada uno! Y encima con periodicidad bimestral. Demasiado marear la perdiz...
Y a pesar de todo lo dicho... mucho me temo que me acabaré comprando la serie. ¡Buf! ¡Malditos recuerdos nostálgicos!
Ya, es una putada. ¿Pero quién no se ha sentido identificado con Kyosuke?
ResponderEliminarA mí sí me trae buenos recuerdos y espero comprarme la reedición aunque no sé cómo pues del mundillo del manga no tengo ni pajolera idea.
Ha sido agradable leer algo que también le ocurre a los demás jaja
Un cordial saludo.