sábado, mayo 05, 2007

Alter de Cine: Spider-Man 3

País: USA.
Año: 2007.
Duración: 156 minutos.
Género: Acción, aventura, superhéroes.
Dirección: Sam Raimi.
Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi, Alvin Sargent.
Producción: Avi Arad, Grant Curtis, Laura Ziskin.
Fotografía: Bill Pope.
Música: Christopher Young.
Estreno en España: 4 de mayo de 2007.

Puede que la tercera parte de la saga arácnida pase a la historia como la más espectacular, hasta la fecha, de las películas que se han rodado con Spider-man de protagonista, pero creo que no me equivoco mucho cuando afirmo con rotundidad que también será la que pase a la historia, sin dudarlo, como la peor de todas ellas. ¿Qué demonios le ha pasado a Raimi esta vez? Sabemos por anteriores entregas que Sam Raimi, cuando quiere, puede hacerlo muy, muy bien... ¿entonces porqué en esta secuela se ha empeñado tanto en hacerlo todo tan rematadamente mal? Dice un viejo y castellano refrán: “quien mucho abarca, poco aprieta” y quizás sea esta la razón de la endeblez argumental de la película. No se puede poner a tres villanos y pretender que los tres tengan la misma importancia o el mismo peso específico en la historia. Tres supervillanos implica contar tres génesis para el mal, tres historias de villanía y tres finales para la maldad. Y esas son demasiadas historias que contar para las tan solo 2 horas y media de película. Encima, para liarla más, Raimi pretende incluir en la cinta una historia de celos y de ruptura entre Peter y Mary Jane. Demasiado. O quizás no, si Raimi hubiera ido directo al grano, en vez de desperdiciar metraje con momentos tan lamentables como innecesarios. ¿Quién leches le dijo a Raimi que era buena idea incluir cancioncitas y bailecitos en una superproducción de superhéroes? ¿Acaso Raimi se está postulando a director del próximo musical basado en las correrías del hombre araña? De las múltiples cosas que me hubiera gustado ver en una película de Spider-Man, el contemplar a Tobey Maguire marcándose un bailongo en plan chulillo de discoteca les aseguro que no estaba entre una de ellas. ¡Qué sensación de vergüenza ajena al contemplar tales imágenes! ¡Qué estupidez, por favor! Claro que ese no es el único momento que causa sonrojo durante el visionado de esta cinta. Spider-man 3 está plagado de instantes involuntariamente estúpidos y como ejemplo citaremos la forma en que el Hombre de Arena logra sus poderes. ¿De veras pretende Raimi que nos traguemos que cualquiera puede ir corriendo tranquilamente por un descampado y caerse dentro de un colisionador a positrones como quien no quiere la cosa? Sé que esto está sacado directamente de los cómics, pero lo que funciona en las viñetas no tiene que funcionar necesariamente en la pantalla grande y la verdad es que casi nunca funciona. ¿De verdad me quieren hacer creer que una panda de cerebrines capaces de inventar un desintegrador de partículas no es capaz de inventar un miserable sistema de seguridad que impida el que la gente se caiga dentro y acabe atomizada por accidente? Una simple tapia de cemento habría bastado... pero casi mejor dejarlo correr y recurrir a lo que los americanos llaman “suspensión de la incredulidad”, que básicamente consiste en desconectar el cerebro y pasar página, justamente tal y como haríamos con la lectura de un cómic, ignorando cosas que rechinan a nuestro sentido crítico y a nuestro sentido común. Cosas como la explicación que da el personaje del doctor Connors a la hora de justificar la existencia de Venom. “Señor Parker, soy físico, no biólogo, pero con solo echarle una ojeada a esta plasta negruzca a través de un microscopio, ya soy capaz de asegurarle que esta cosa es un simbionte con características propias de los meteoritos de los 70” ¿Ein? ¿Me lo repita? ¿Meteoritos de los 70? ¿Lo dice en serio? ¿Acaso se está refiriendo a los meteoritos de las pelis cutre-casposas de serie B de los años 70? No creo que sean otros. ¿Y de donde leches se saca Connors que el simbionte provoca un aumento de la agresividad en el portador? Está más que a la vista que lo que el simbionte provoca son ataques de gilipollismo agudo. Por lo menos eso es lo que le ocurre a Parker cuando se ve infectado por Venom, que se nos vuelve gilipollas perdido. Y no un gilipollas cualquiera, no... ¡Gilipollas de los 70 para más señas! ¡Lamentable! Raimi hizo unas declaraciones, durante el rodaje de Spider-man 2, en las que afirmaba que odiaba al personaje de Veneno y tras el visionado de esta tercera entrega resulta más que evidente ese odio. Venom es el peor parado de toda la historia sin duda alguna. El que supuestamente debería convertirse en el peor enemigo del arácnido, en esta cinta se convierte en algo de lo más risible. Un mal chiste. En los cómics Venom es un mostrenco hipermusculado que le saca a Spider-man varias cabezas de alto, pero aquí Raimi nos lo ha convertido en un media nena que no tiene ni dos tortas. La caracterización de Topher Grace tampoco ayuda a tomarnoslo en serio. Con esa voz de afeminado y esos dientes de draculín que le han puesto, Venom provoca más risas que miedo. ¡Qué desperdicio de villano! ¡Para esto mejor haberlo reservado para la cuarta parte! Claro que puestos a hablar de villanos desperdiciados no podemos dejar de reseñar al nuevo duende verde. Durante las dos primeras entregas hemos sido espectadores privilegiados del particular descenso a los infiernos del personaje de Harry Osborn, y cuando por fin le llega su gran momento como malvado, ¿qué es lo que le ocurre? Pues que recibe un golpe en la cabeza y se queda amnésico perdido, olvidándolo todo. ¡Qué conveniente para Raimi! ¡Y que decepcionante para el espectador! El truco de la amnesia es el último recurso de guionistas ineptos e incompetentes. Da la sensación de que Raimi no sabe que hacer con el personaje y quiere librarse de él como sea y cuanto antes. Y del final de Osborn mejor no hablar. ¡Penoso! Ese lacrimógeno “momentazo” final en el que “todo er mundo e güeno”, todos se perdonan y todos se quieren mucho, me resultó tan empalagoso como irritante. ¡Nunca antes había visto a un héroe tan llorón! Tobey está fatal en esa escena. Sobreactuaba. Aunque supongo que su actuación estaba acorde con la del resto de la cinta, en la que Peter Parker parece más una parodia de sí mismo. ¿Tal vez lo ha hecho tan mal con toda la intención? ¿Con el propósito de no volver a ser contratado de nuevo? La pésima actuación de Tobey Maguire contrasta esta vez con la más que aceptable actuación de Kirsten Dunst, justamente todo lo contrario de lo que ocurría en las dos anteriores entregas. Yo a la Dunst nunca me la he creído en el papel de la sex-symbol Mary Jane, pero esta vez si que me la creo perfectamente encarnando a una mujer celosa e insegura de su relación. Con la cara de pan de torta que tiene la Dunst no me resulta para nada inverosímil que se haya podido sentir amenazada ante la presencia de la mucho más atractiva Bryce Dallas Howard. ¡Esperemos que la rubia repita para próximas entregas! ¡Y esperemos que no vuelvan ni Raimi, ni Tobey, ni la Dunst! ¡Para hacerlo mal mejor que no vuelvan!

Lo mejor: los espectaculares momentos de acción. Los mejores de toda la saga vistos hasta el momento.

Lo peor: que a este Spider-man le sobran muchas cosas. Le sobran villanos, le sobra metraje, le sobra una buena hora larga de momentos tan lamentables como innecesarios, le sobran musiquitas y bailecitos, pero sobre todo le sobran esos momentazos lacrimógenos que en vez de darle pena al espectador lo que dan es vergüencilla ajena. En definitiva, casi me atrevería a decir que esta tercera entrega sobraba completamente...

¿Por qué leches lleva Peter Parker una mascara si al final resulta que todo quisque sabe quién es en realidad Spider-Man?

2 comentarios:

  1. já vi o filme, é muito bom.
    O homem aranha é um super-herói que nos fascina desde miudos.

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  2. kirsten dunst es guapeta y no tiene mal tipo.

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