Hay muertes que no significan nada. Y la muerte de los superhéroes de comic está más que demostrado que ya no significa absolutamente nada de nada. Rien de rien. Nothing. Niente.
En primer lugar decir que la muerte de Spider-man ya no es spoiler, pues los telediarios ya han desmenuzado con pelos y señales la jugada de Dan Slott. Por tanto ya no hay sorpresa posible a la hora de abrir el Amazing Spider-man 700. El Doctor Octopus se ha cargado a Peter Parker de una manera tan absurda y enrevesada que más parece un guion coñas de Futurama, que un guion serio de Marvel.
Luego los telediarios han pegado un repaso a todos los famosos superhéroes muertos y la cosa ya era de chiste malo: que si Superman se había muerto en los 90, que si el Capitán América se había muerto al final de la Civil War, que si a Batman se le había muerto Robin… lo más lamentable es que todos esos superhéroes muertos ya han resucitado, de una manera u otra. Incluso me atrevería a decir que alguno ya ha resucitado más de una vez.
Y en el caso de Spider-man es que ni siquiera es una muerte de verdad. El cuerpo sigue siendo el de Peter Parker y lo de que tenga la mente del Dr. Octopus seguro que se puede arreglar con algún cachivache mágico de Mr. Fantástico o algo por el estilo...
Y por supuesto siempre nos quedará Mefisto. ¡El bueno de Mefisto! ¡Qué fácil es todo desde que en Marvel inventaron los mefistazos!
Pues eso. Que adiós a Peter Parker, pero no es un adiós definitivo. Es un hasta el año que viene. Pues tengo más claro que el agua que a este lo resucitan en lo que canta un gallo. En cuanto Dan Slott se vaya al cuerno por falta de ventas de su Superior Spider-man volvemos al viejo Peter Parker de siempre. Bueno, al de siempre, no. Que todavía seguimos sin resolver lo de su divorcio con Mary Jane por birlibirloques mefistofélicos. Volveremos al Spider-man post One More Day.
Pobre Mary Jane, ya es viuda antes de casarse.
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