No sé siquiera por donde empezar...
Todo empezó con el video del otro día. El del bailecito otaku. Me llamó mucho la atención lo currada que estaba la animación del bailecito tonto.
Supongo que me gustó porque estaba muy bien animado. Supongo.
Lo normal es que en los dibujos animados japoneses la animación resulte bastante cutre y los movimientos ortopédicos... pero esta parecía diferente. La calidad del movimiento era muy superior a la media.
El caso es que decidí bajarme la serie a través de un fansub, a ver que tal y...
¡Qué serie más rara!
En serio...
¡Qué serie más rara!
¿De donde demonios sacarán los japos las ideas?
Reconozco que esperaba encontrarme con la típica comedía de instituto, en plan Kimagure Orange Road o algo semejante, pero en vez de eso me he topado con Kimagure Orange Road remezclado con Paranoia Agent... y esta definición ni se le aproxima. ¿Expediente X Lolicon? Pues tampoco...
La verdad es que nunca había visto nada semejante... la serie de Suzumiya Haruhi no Yūutsu solo se parece a Suzumiya Haruhi no Yūutsu.
Al principio engaña y sí que parece la típica comedia tontorrona de adolescentes nipones uniformados (vestidos con ese uniforme tan característico y tan suyo) que viven toda clase de aventurillas chorras sin salir del instituto, pero luego... ¡buuuuuf!
¿Cuándo fue la ultima vez que exclamasteis: “¡Pero qué cojones me estás contando!”? A mi solo me ha pasado un par de veces, que yo recuerde. Viendo la dichosa serie de Paranoia Agent, por ejemplo, o con Matrix, en la infame escena en que el Arquitecto le intenta explicar el papel del elegido a Neo. Cuando el Arquitecto le soltó todo el rollo aquel de la ecuación no balanceada, no pude callarme y tuve que soltar en voz alta en el cine: “¿Pero qué cojones me estás contando?”
Con las aventuras de Suzumiya-san ya he soltado la frasecita de marras por lo menos en tres ocasiones... ¡Pero qué cojones es esto!
Para terminar de liarla más, resulta que los episodios no están ordenados según el orden cronológico. El verdadero primer episodio de la serie sería el 2 y el 1 en realidad tendría que estar colocado en el tramo final... o quizás no. La verdad es que el episodio 1 podría ir perfectamente aparte, así que ya os podéis ir haciendo una idea del barullo que resulta seguir la trama de esta serie.
La historia comienza con Kyon, un estudiante de instituto japonés de lo más normalito, que tiene la mala suerte de cruzarse en el camino de Haruhi Suzumiya, una chica obsesionada por el misterio y lo paranormal, que decide reclutarlo a la fuerza para una especie de club que ha montado ella, con la finalidad de buscar aliens, viajeros en el tiempo, personas con poderes y cosas así. Para entendernos, una especie de agente Fox Mulder pero japonesa y con minifalda. Kyon piensa que todas esas cosas no son más que chorradas, pero decide seguirle la corriente a la chica sin imaginarse en donde se está metiendo...
Pronto Suzumiya logra reclutar a más gente (o casi sería mejor decir que la va raptando por el instituto) y acaba por formar la brigada SOS, cuya misión principal será la de resolver toda clase de casos misteriosos divirtiendose todo lo posible en el proceso. Pero lo que en principio aparentaba ser una especie de chifladura inofensiva con la que poder pasar el rato rodeado de chicas guapas, termina por poner patas arriba todo el concepto de realidad de Kyon cuando los miembros de la brigada SOS le vayan revelando quienes son en realidad, la verdadera razón por la que están con Suzumiya y por que tienen que vigilarla...
Y aquí corto para no seguir destripando la trama. Aunque la verdad es que antes de terminar me gustaría hablarles un poco de Alicia en el país de la Maravillas y de la paradoja del Rey Rojo. Resulta que en el inmortal clásico de Lewis Carroll, Alicia a Través del Espejo, Alicia está soñando que el Rey Rojo la sueña a ella de tal forma que si Alicia sueña que el Rey Rojo se despierta, el propio sueño de Alicia acabaría por destruirla al descubrir Alicia que en realidad ella no es más que la ensoñación de otro. ¿Chungo? ¿Verdad? Pues sí y pues no. Depende del punto de vista. Todo es cuestión de que Alicia no le toque las narices al Rey Rojo a ver que pasa...
¿Y que tiene todo esto que ver con las aventuras de Suzumiya-san? Nada, supongo. Solo diré que los japoneses cuando quieren se pueden poner muy absurdos.
Por fortuna esta serie al final resulta de lo más digerible gracias a que está plagado de personajillos de lo más entrañables, situaciones muy divertidas, cancioncitas y bailecitos. En definitiva, una serie de lo más kawaii, perdón, kawaiiiii.
Y rara de cojones, que en definitiva es lo que más me mola de la serie.
Todo empezó con el video del otro día. El del bailecito otaku. Me llamó mucho la atención lo currada que estaba la animación del bailecito tonto.
Supongo que me gustó porque estaba muy bien animado. Supongo.
Lo normal es que en los dibujos animados japoneses la animación resulte bastante cutre y los movimientos ortopédicos... pero esta parecía diferente. La calidad del movimiento era muy superior a la media.
El caso es que decidí bajarme la serie a través de un fansub, a ver que tal y...
¡Qué serie más rara!
En serio...
¡Qué serie más rara!
¿De donde demonios sacarán los japos las ideas?
Reconozco que esperaba encontrarme con la típica comedía de instituto, en plan Kimagure Orange Road o algo semejante, pero en vez de eso me he topado con Kimagure Orange Road remezclado con Paranoia Agent... y esta definición ni se le aproxima. ¿Expediente X Lolicon? Pues tampoco...
La verdad es que nunca había visto nada semejante... la serie de Suzumiya Haruhi no Yūutsu solo se parece a Suzumiya Haruhi no Yūutsu.
Al principio engaña y sí que parece la típica comedia tontorrona de adolescentes nipones uniformados (vestidos con ese uniforme tan característico y tan suyo) que viven toda clase de aventurillas chorras sin salir del instituto, pero luego... ¡buuuuuf!
¿Cuándo fue la ultima vez que exclamasteis: “¡Pero qué cojones me estás contando!”? A mi solo me ha pasado un par de veces, que yo recuerde. Viendo la dichosa serie de Paranoia Agent, por ejemplo, o con Matrix, en la infame escena en que el Arquitecto le intenta explicar el papel del elegido a Neo. Cuando el Arquitecto le soltó todo el rollo aquel de la ecuación no balanceada, no pude callarme y tuve que soltar en voz alta en el cine: “¿Pero qué cojones me estás contando?”
Con las aventuras de Suzumiya-san ya he soltado la frasecita de marras por lo menos en tres ocasiones... ¡Pero qué cojones es esto!
Para terminar de liarla más, resulta que los episodios no están ordenados según el orden cronológico. El verdadero primer episodio de la serie sería el 2 y el 1 en realidad tendría que estar colocado en el tramo final... o quizás no. La verdad es que el episodio 1 podría ir perfectamente aparte, así que ya os podéis ir haciendo una idea del barullo que resulta seguir la trama de esta serie.
La historia comienza con Kyon, un estudiante de instituto japonés de lo más normalito, que tiene la mala suerte de cruzarse en el camino de Haruhi Suzumiya, una chica obsesionada por el misterio y lo paranormal, que decide reclutarlo a la fuerza para una especie de club que ha montado ella, con la finalidad de buscar aliens, viajeros en el tiempo, personas con poderes y cosas así. Para entendernos, una especie de agente Fox Mulder pero japonesa y con minifalda. Kyon piensa que todas esas cosas no son más que chorradas, pero decide seguirle la corriente a la chica sin imaginarse en donde se está metiendo...
Pronto Suzumiya logra reclutar a más gente (o casi sería mejor decir que la va raptando por el instituto) y acaba por formar la brigada SOS, cuya misión principal será la de resolver toda clase de casos misteriosos divirtiendose todo lo posible en el proceso. Pero lo que en principio aparentaba ser una especie de chifladura inofensiva con la que poder pasar el rato rodeado de chicas guapas, termina por poner patas arriba todo el concepto de realidad de Kyon cuando los miembros de la brigada SOS le vayan revelando quienes son en realidad, la verdadera razón por la que están con Suzumiya y por que tienen que vigilarla...
Y aquí corto para no seguir destripando la trama. Aunque la verdad es que antes de terminar me gustaría hablarles un poco de Alicia en el país de la Maravillas y de la paradoja del Rey Rojo. Resulta que en el inmortal clásico de Lewis Carroll, Alicia a Través del Espejo, Alicia está soñando que el Rey Rojo la sueña a ella de tal forma que si Alicia sueña que el Rey Rojo se despierta, el propio sueño de Alicia acabaría por destruirla al descubrir Alicia que en realidad ella no es más que la ensoñación de otro. ¿Chungo? ¿Verdad? Pues sí y pues no. Depende del punto de vista. Todo es cuestión de que Alicia no le toque las narices al Rey Rojo a ver que pasa...
¿Y que tiene todo esto que ver con las aventuras de Suzumiya-san? Nada, supongo. Solo diré que los japoneses cuando quieren se pueden poner muy absurdos.
Por fortuna esta serie al final resulta de lo más digerible gracias a que está plagado de personajillos de lo más entrañables, situaciones muy divertidas, cancioncitas y bailecitos. En definitiva, una serie de lo más kawaii, perdón, kawaiiiii.
Y rara de cojones, que en definitiva es lo que más me mola de la serie.
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