Sí, ya sé que esta serie ha terminado hace tiempo y que ya llego tarde a comentarla, pero es que tengo una excusa muy buena para la tardanza: la indecisión, la duda, el no saber que decir o que comentar de la puñetera serie...
Estaba confuso. Muy confuso. No sabía si calificarla de sublime genialidad o de sublime tomadura de pelo. Lo de sublime lo tenía más o menos claro, era el resto lo que me costaba decidir... ¿la pongo en un altar o la pongo a caer de un burro? Difícil decisión.
Suerte que tenemos a los chicos de A.D.L.O. expertos en genialidades para sacarnos de dudas. Muchas gracias. Me lo han dejado todo claro. Especialmente esta parte:
Pues la solución es sencilla: jarabe de palo. Es decir, aparece un chaval montado en unos patines que te arrea con un bate en la cabeza que te deja aviao. Y problema resuelto. Os lo creáis o no, hace años discutía con unos amigos una solución similar: te pegas un tiro en la cabeza y se acabaron todos los problemas. Puede parecer algo evidente pero esto es algo que sólo son capaz de discernir las mentes más preclaras: un buen cocotazo te evita comeduras de tarro.
Ahora que ya tengo la solución universal Adliana para las comeduras de tarro puedo pasar olímpicamente del chico del bate y centrarme en lo que más me rallaba a mi de la dichosa serie.
MAROMI
Señoras y señores, contemplen el rostro del mal: Maromi.
Un perro peluche rosa de grandes ojos que te habla con vocecita melosa solo puede ser la reencarnación de Satanás. Yo lo tenía claro desde el principio. Sabía que el puto perro rosa estaba detrás de todo el asunto y que era el causante de tanta paranoia. El chico del bate no era más que una pista falsa para tener a la gente pendiente de la serie. Pero a mi no me pudieron engañar. Era el puto perro rosa. Lo tuve claro desde el mismo momento en que se puso de pie sobre sus dos patitas y comenzó a parlotear con esa vocecilla lastimosa. Me dio un ataque de un mal rollo impresionante. El jodido Maromi es la encarnación viviente de toda la noñería y puerilidad de este mundo occidental que trata a los adultos como si fuéramos niños gilipollas. Maromi y lo que representa es la verdadera causa y origen de la paranoia occidental. La sensación de que a pesar de ser adultos todavía no somos capaces de controlar nuestra propia vida en este mundo moderno. ¿Nos os dan ganas de estrellar la tele cuando salen según que tertulianos hablando con actitud paternalista diciéndote como debes pensar, como debes actuar y como debes comportarte? ¡Que les den! Ya somos suficientemente mayores para pensar por nosotros solitos. Yo decidiré que noticias me parecen escandalosas y preocupantes y cuales no. A mi no me emparanoian.
¡Muerte a los peluches rosas!
Estaba confuso. Muy confuso. No sabía si calificarla de sublime genialidad o de sublime tomadura de pelo. Lo de sublime lo tenía más o menos claro, era el resto lo que me costaba decidir... ¿la pongo en un altar o la pongo a caer de un burro? Difícil decisión.
Suerte que tenemos a los chicos de A.D.L.O. expertos en genialidades para sacarnos de dudas. Muchas gracias. Me lo han dejado todo claro. Especialmente esta parte:
Pues la solución es sencilla: jarabe de palo. Es decir, aparece un chaval montado en unos patines que te arrea con un bate en la cabeza que te deja aviao. Y problema resuelto. Os lo creáis o no, hace años discutía con unos amigos una solución similar: te pegas un tiro en la cabeza y se acabaron todos los problemas. Puede parecer algo evidente pero esto es algo que sólo son capaz de discernir las mentes más preclaras: un buen cocotazo te evita comeduras de tarro.
Ahora que ya tengo la solución universal Adliana para las comeduras de tarro puedo pasar olímpicamente del chico del bate y centrarme en lo que más me rallaba a mi de la dichosa serie.
Señoras y señores, contemplen el rostro del mal: Maromi.
Un perro peluche rosa de grandes ojos que te habla con vocecita melosa solo puede ser la reencarnación de Satanás. Yo lo tenía claro desde el principio. Sabía que el puto perro rosa estaba detrás de todo el asunto y que era el causante de tanta paranoia. El chico del bate no era más que una pista falsa para tener a la gente pendiente de la serie. Pero a mi no me pudieron engañar. Era el puto perro rosa. Lo tuve claro desde el mismo momento en que se puso de pie sobre sus dos patitas y comenzó a parlotear con esa vocecilla lastimosa. Me dio un ataque de un mal rollo impresionante. El jodido Maromi es la encarnación viviente de toda la noñería y puerilidad de este mundo occidental que trata a los adultos como si fuéramos niños gilipollas. Maromi y lo que representa es la verdadera causa y origen de la paranoia occidental. La sensación de que a pesar de ser adultos todavía no somos capaces de controlar nuestra propia vida en este mundo moderno. ¿Nos os dan ganas de estrellar la tele cuando salen según que tertulianos hablando con actitud paternalista diciéndote como debes pensar, como debes actuar y como debes comportarte? ¡Que les den! Ya somos suficientemente mayores para pensar por nosotros solitos. Yo decidiré que noticias me parecen escandalosas y preocupantes y cuales no. A mi no me emparanoian.
¡Muerte a los peluches rosas!
Seguro que has visto toda la serie?
ResponderEliminarNo es tan simple como decir que porqué sea un perro rosa ya tiene que ser Satanás, no la has entendido tanto como dices.
Porqué la mirabas si es la dichosa serie?
Ese es el problema, que muchas personas, como tú, no ven más allá de lo superficial y se rigen por unos tópicos estúpidos que marcan sus vidas. Por eso están tan amargados y tan vacios.
Busco en la web de la RAE la definición de ironía y me encuentro con esto:
ResponderEliminarironía.
(Del lat. ironīa).
1. f. Burla fina y disimulada.
2. f. Tono burlón con que se dice.
3. f. Figura retórica que consiste en dar a entender lo contrario de lo que se dice.
¿Tú andabas perdido por internet y acabaste cayéndote por mi blog de pura casualidad, verdad? Porque se nota que andas más perdido que un pulpo en un garaje.
Tú no me lees mucho, no...
Absolutamente deacuerdo contigo!!!
ResponderEliminarMaromi desprende esa especie de mal rollo larbado e insidioso que poco a poco te va taladrando de forma corrosiva. Para mi representa la opresión difusa que ejercen los distintos poderes de la sociedad (comercial, gubernamental) sobre los ciudadanos.
Es como que no te enteras pero te la meten doblada: "no...tranquilo...nosotros le financiamos", "nosotros le protegemos" , y en realidad te estan diciendo : "me estas regalando tu dinero" y "nosotros te controlamos".
Vamos, que Maromi, como muchas cosas de la vida, parece inofensivo e incluso reconfortante, pero en el fondo esconde la procastinación el egoismo y en definitiva el hecho de escapar de la realidad.
Parece entrañable pero en el fondo es perversamente destructivo.