domingo, mayo 28, 2006

Alter de Cine: X-Men 3. La Decisión Final.

País: USA
Año: 2006
Duración: 104 min.
Genero: Acción, Ciencia-ficción, Superhéroes.
Dirección: Brett Ratner.
Guión: Simon Kinberg, Zak Penn.
Producción: Lauren Shuler Donner, Ralph Winter.
Fotografía: Dante Spinotti, Philippe Rousselot.
Música: John Powell.
Estreno en España: 26 de Mayo de 2006

Durante el visionado de esta película no he podido evitar pensar que, para el episodio final que remata la franquicia mutante, los productores han intentado descaradamente agradar y complacer en todo lo posible a los fans más radicales de los cómics Marvel, con el propósito de minimizar cualquier posible daño en taquilla que pudiera producir la noticia de la espantada a la competencia del director de las dos anteriores entregas, Bryan Singer. Para ello han vampirizado sin pudor el máximo posible de ideas, situaciones y personajes, extraídos directamente de los cómics en los que se basa esta franquicia cinematográfica. Casi se podría sentir el aliento de los productores en la nuca mientras te susurran al oído: “¡Fijate! En esta película hemos echado el resto y hemos incluido justo todo aquello que más notabas en falta en las dos anteriores. ¡Está todo! ¡Te tiene que gustar a la fuerza! Dile a tus amigos lo buenísima que es...” ¡Pues lo siento mucho por ellos, porque no lo han logrado en absoluto! ¡Todo lo contrario! En su intento por agradar a los fans, lo único que van a conseguir es, precisamente, soliviantarlos y enfurecerlos. Los fans letales de la Patrulla X son los que más van a aborrecer y odiar esta película y no me extrañaría nada encontrarme en los próximos días con la blogosfera plagada de todo tipo de críticas negativas que pongan esta película a parir. Es cierto que están todos los elementos que faltaban en las dos anteriores entregas, pero no es menos cierto que estos están completamente fuera de contexto, distorsionados e irreconocibles. Mientras contemplaba el film no podía evitar echarme las manos a la cabeza ante tamaño desperdicio de personajes y ante tal cantidad de buenas ideas mal aprovechadas. Podríamos poner como ejemplo de lo anteriormente citado la decisión de incluir a los dos hombres X de la alineación original del equipo que faltaban por aparecer en la función: Ángel y Bestia. Si para el paso a formato DVD de esta película se decidiera eliminar todas y cada una de las escenas de estos dos personajes secundarios, no creo que absolutamente nadie fuera a echarlos en falta. ¡Son completamente superfluos! Y exactamente lo mismo se podría decir de Calisto, Juggernaut, Madrox, Coloso o La Sala del Peligro. ¿Qué aportan de interesante a la película? Nada de nada. Aunque el personaje más incomprensiblemente desperdiciado es, sin duda, el de Fénix Oscura. ¿Para esto deciden resucitar a Jean Grey? ¿Para malgastarla? Cuanto despropósito junto...

A pesar de todo lo anteriormente dicho, no puedo evitar pensar que, como espectador, esta película tampoco es que sea tan rematadamente mala como podría parecer tras leer mi dura crítica inicial. Al fin y al cabo cumple de sobras con lo que se esperaba de ella. X-Men 3 no es más que un blockbuster palomitero veraniego que le da a los espectadores justo lo que quieren ver. Todo un espectáculo pirotécnico de primer orden, como nunca se había visto hasta la fecha en pantalla grande. En este sentido es única e incomparable. No existe ninguna otra superproducción hollywoodiense que reúna tal cantidad de superseres juntos. En el genero superheroico cinematográfico lo usual es que aparezca el héroe de turno, más el supervillano y uno o dos de sus esbirros. Pero en X-Men 3 se ofrece toda una espectacular batalla entre un ejercito de mutantes que va a quedarse grabada a fuego para siempre en las retinas de los espectadores. Con un Magneto completamente desatado, realizando una serie de proezas impensables en anteriores entregas de la saga. El momento en que usa sus poderes magnéticos para arrancar de cuajo el puente Golden Gate del lecho marino resultará imposible de olvidar y difícil de superar. Ya solo esta escena compensa con creces todos los desatinos anteriores de la historia. Lastima que el resto de efectos especiales no estén a la misma altura que los aquí mostrados. Algunos resultan terriblemente penosos e indignos de una superproducción que ha costado más de 200 millones de dólares. Como ejemplo tomemos la escena en que Bobby Drake muestra por fin lo que realmente puede hacer con sus poderes. ¡Lamentable! Su resolución en pantalla parece más propia de un producto televisivo de serie B que de una película comercial. ¿Y el lifting infográfico que le realizan a Xavier y Magneto para rejuvenecerlos en el prólogo? Da la impresión de estar contemplando a dos maniquíes parlantes. ¡No parecen seres humanos! ¿Y qué puedo decir de los maquillajes? Terribles. Cada vez que aparecía Kelsey Grammer pintado de azul no podía evitar una mueca de disgusto ante lo barato y cutre del disfraz. Si tuviera que estar sacándole punta a todos y cada uno de los defectos técnicos de la película no acabaría con esta crítica nunca. Casi es mejor no ponerse quisquillosos y hacer la vista gorda. Resulta fácil perderse con estas minucias técnicas y entretenerse con los pequeños detalles argumentales, olvidando por completo la verdadera razón de ser de este X-Men 3, que es concluir la saga de la única manera posible. Ya en el primer X-Men el personaje de Lobezno nos anunciaba la existencia de un conflicto soterrado humano-mutante y le preguntaba a Tormenta si había escogido el bando correcto. A eso se reduce todo en esta cinta: “Nosotros contra ellos”. La batalla final. El combate definitivo. La excusa para llegar a tal batalla es la aparición de una cura del gen mutante, pero podría haber sido perfectamente cualquier otra cosa. El enfrentamiento resultaba del todo inevitable. Lo verdaderamente importante es narrar la guerra por la humanidad y aquí la cinta no se anda con rodeos. El nuevo director designado por la productora para sustituir a Synger no escatima en las explosiones y los disparos. Tenemos acción, peleas, combates y mucho más. Una guerra, en definitiva, y no puede existir una guerra sin bajas. La “limpia” de personajes puede resultar excesiva e innecesaria por momentos, pero era algo que tenía que hacerse. Al fin y al cabo los actores principales solo habían firmado por tres películas y muchos de ellos ya comenzaban a convertirse en una carga y un lastre. Que determinados personajes mueran o sobrevivan no es por accidente o fruto de la casualidad. Algunos de ellos ya tenían la palabra “cadáver”escrita en la frente desde el mismísimo primer capítulo. ¿Qué habrá gente que no esté de acuerdo? Por supuesto, yo mismo entre ellos, pero ya no puede hacerse nada al respecto para remediarlo y habrá que aceptarlo. Es lo que hay. Afortunadamente el daño no es del todo irremediable. Los productores han decidido incluir un elemento ya presente en los cómics, que acabará por convertirse en la marca de fábrica de los mutantes. No se puede acabar con ellos. No importa cuanto intentes acabar con los X-Men... al final siempre vuelven.

En resumen: Una película plagada de fallos y errores, pero también repleta de aciertos. No es la mejor de las tres, pero si que es la más entretenida de ver.

Lo peor: Malgastar inútilmente a un personaje como Fénix Oscura.

Lo mejor: La escena de Magneto en el puente Golden Gate.

¿Por qué al contemplar esta película uno tiene la sensación de estar viendo el episodio piloto de una serie de televisión?

1 comentario:

  1. Estoy contigo: me esperaba muchíiiiiiisimo más del personaje de Fenix Oscura, por todo lo que he leído en los cómics y tal... Y bueno, las dos muertes no me terminan de cuadrar, pero bueno....

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