Hasta la presente jamás había visto en el cine una peli en 3D porque Valladolid es el culo del mundo y parece que aquí siempre seamos los últimos en enterarnos de todo lo bueno. Eso de las películas en 3D parecía una modernez no apta para nosotros, los pobres mesetarios castellanos. Afortunadamente las cosas han cambiado y justo a tiempo. Los multisalas Broadway de Pucela se han puesto las pilas, acondicionando su sala número cinco con un reproductor 3D de última generación, pudiendo ver Avatar en condiciones.
Y es que esta película hay que ir a verla en tres dimensiones para poder apreciarla en todo su esplendor. La prueba es que con los trailers de Avatar a mi Cameron no me decía nada. Los personajes digitales parecían falsísimos y los decorados parecían más propios de un videojuego que de una película... ¡pero cómo cambia todo con las 3D! En cuanto las imágenes ganan profundidad de campo pasan a ser una chulada y una maravilla cinemática como no había visto nunca antes. Hasta el punto de que muchas veces estaba más pendiente de los bichillos que se veían por el fondo de la escena que de los propios protagonistas, de lo embobado que estaba con las maravillosas junglas de Pandora. El 3D es el futuro del cine, no os quepa la menor duda, aunque tengo que reconocer que esta tecnología todavía tiene que mejorarse mucho, pues las gafas polarizadas a la larga acaban resultando un poco coñazo y acabas la peli con la vista cansada (yo terminé con los ojos rojos que daban miedito).
Lo dicho, una chulada de experiencia irrepetible, aunque voy a tener que volverla a ver en formato 2D, porque me da a mí que Avatar la película pierde absolutamente todo en cuanto le quitas el truco de feriante de las imágenes con relieve...
Y es que esta película hay que ir a verla en tres dimensiones para poder apreciarla en todo su esplendor. La prueba es que con los trailers de Avatar a mi Cameron no me decía nada. Los personajes digitales parecían falsísimos y los decorados parecían más propios de un videojuego que de una película... ¡pero cómo cambia todo con las 3D! En cuanto las imágenes ganan profundidad de campo pasan a ser una chulada y una maravilla cinemática como no había visto nunca antes. Hasta el punto de que muchas veces estaba más pendiente de los bichillos que se veían por el fondo de la escena que de los propios protagonistas, de lo embobado que estaba con las maravillosas junglas de Pandora. El 3D es el futuro del cine, no os quepa la menor duda, aunque tengo que reconocer que esta tecnología todavía tiene que mejorarse mucho, pues las gafas polarizadas a la larga acaban resultando un poco coñazo y acabas la peli con la vista cansada (yo terminé con los ojos rojos que daban miedito).
Lo dicho, una chulada de experiencia irrepetible, aunque voy a tener que volverla a ver en formato 2D, porque me da a mí que Avatar la película pierde absolutamente todo en cuanto le quitas el truco de feriante de las imágenes con relieve...
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